viernes, 27 de septiembre de 2019

VUELTA AL HUEVO O LA GALLINA


Ahora pienso que es bastante probable que hace poco más de un lustro yo estuviera equivocado. Por aquel entonces, acababa de ver la luz una organización que era de todo menos lo que yo entendía por una organización. Al fin y al cabo, Podemos tenía más que ver, en cuanto a su estructura, con un movimiento difuso que pretendía rodear de ilusión y de propuestas un espacio social que se sentía maltratado por los efectos de una multicrisis que por una estructura sólida en la que personas con fines similares aglutinan sus fuerzas para intentar conseguirlos. En ese sentido, la irrupción de Podemos, ya desde su propia configuración, deparaba la ruptura con el modelo clásico de organización, incluso con la ‘organización’ como concepto; suponía, por ello, un nítido paso atrás. Echando la vista hacia el pasado -el tiempo allana el horizonte, permite observar con calma, englobar más elementos en la mirada- algunas preguntas encuentran respuesta. En paralelo, por esa misma distancia -se difuminan los perfiles, rebrotan las dudas- algunas respuestas vuelven como un bumerán en busca de pregunta.