sábado, 18 de marzo de 2023

LAS QUINIENTAS INTEGRALES

No es ni la primera ni la segunda, ni la décima vez que, al modo del campaneo estimulando la salivación de los perros con que experimentaba Pávlov, un silbatazo del árbitro arrastra mi memoria a los primeros años noventa, a un piso de La Rubia, a lo que este rapaz recibió como un insólito encargo. Pese a las tentaciones, nunca escribí aquella alegórica historia con su posterior consideración por ausencia del requisito autoexigido: dado que de inicio me propuse no servirme de este espacio para escudar en el arbitraje una derrota del Pucela, la jugada no habría de ser relevante para el sentido del resultado. Hoy, por fin, es el día oportuno; entiendo que la jugada referida, la del penalti por mano de Joaquín, cumple con la condición, nada hace pensar que de omitirse habría cambiado algo. Es más, ese tipo de decisiones, la manera de entender el juego y su arbitraje, se ha generalizado hasta el punto de que ni siquiera se puede considerar un error arbitral.