Alguna vez he llegado a pensar que Pablo Iglesias ansiaba convertirse en
un émulo de Ron Jones, aquel profesor californiano que puso en práctica en el
instituto en el que trabajaba un experimento sociológico con sus alumnos al que
denominó ‘La tercera ola’. Este experimento se convirtió en novela gracias a
Morton Rhue y de esas páginas saltó a las pantallas de la mano de Dennis
Gansel. El profesor Jones pretendió
demostrar que cualquier sociedad, por libre que se crea, nunca está del todo
vacunada frente a los totalitarismos. Jones tuvo que frenar el experimento
cuando comprobó que la cosa se le iba de las manos. Alguna vez, ya digo,
imaginaba que cualquier día Pablo Iglesias habría de tomar el micrófono para
hacernos saber que la ola Podemos era parte de un ensayo, que intentaba conocer
el reflujo que producía el verbo ganar, que la experiencia había sobrepasado
sus expectativas y que, por tanto, había llegado la hora de revelar la verdad
para dar por concluido el juego.