lunes, 26 de octubre de 2020

¿DÓNDE ESTÁ MI BOCADILLO?

Foto "El Norte de Castilla"
El lunes, poco antes de que me tuviese que levantar, me despertaron las voces de Juan Carlos, el Gordo, desde la puerta de la calle.

-Señá Jose, ábrame la trasera.

En lo que él se preparaba para comenzar su labor -alguna obra menor de albañilería- yo desayuné y dispuse el material para ir a la escuela. Quiso la fortuna que desde la ventana viese cómo el Gordo dejaba el bocadillo del almuerzo envuelto en papel de periódico sobre un estante de herramientas. Haciéndome el longuis, salí a la calle por el corral con ojos golosos cargando la media barra larga en la cartera.  

Llegado el momento, el Gordo fue a por su tentempié. Primero, sorpresa. Después de afanarse en una búsqueda estéril, mueca de incredulidad, brazos pegados al cuerpo, antebrazos extendidos, manos abiertas con las palmas hacia arriba… Cariacontecido, como Kike

-Señá Jose, no encuentro el bocadillo.

Mi madre le hizo uno para que cubriese el expediente.