sábado, 23 de noviembre de 2013

LETRAS DE IDA Y VUELTA

Este país, en el que lo trascendente pasa de puntillas pero a la vez se entretiene discutiendo hasta lo inverosímil sobre lo accesorio, ha encontrado otro elemento de discordia en el nombre de un centro cultural. Importante es la política cultural que camina de la evanescencia hacia la nada (la política cultural, no la cultura). Asunto menor, por más que haga frontera con el delicado terreno de lo simbólico, es el de las letras que dan nombre al espacio. Lo primero viene ocurriendo sin que por ello suenen más que unas pocas voces que se convierten en alarmas insuficientes; pero algún responsable del ayuntamiento madrileño decide que se retire el letrero del Teatro Fenán Gómez para renombrarlo posteriormente y la noticia llena páginas en los medios, origina revuelo en algunos corrillos, mofas en otros y solivianta esas tabernas actuales llamadas redes sociales.