El vacío ocupa cada
vez más espacio. Lo aparente se consolida como alternativa a la realidad. Las
cosas dejaron de ser lo que eran para convertirse en lo que parecen ser. Se
cuenta que Arquímedes afirmó que con un punto de apoyo sería capaz de mover el
mundo. Un punto de apoyo, un fulcro, un algo que multiplique la fuerza
ejercida. No hay nada más ineficaz que aplicar fuerza sobre una palanca sin
sustento, apoyarla en ese vacío que se abre campo. Se dilapida el esfuerzo
propio y se corre el riesgo de dar con la barra de la palanca a quien está al
lado.