jueves, 21 de marzo de 2019

Y LOS NABOS EN ADVIENTO

Imagen tomada de frasesparalahistoria.com

Sabemos que cuando llega abril, aguas mil y todas caben en un barril. Mejor dicho, sabemos que antes la lluvia se hacía presente casi cada día de abril; pero pasaba la tarde y un triste pintear apenas daba para mojar la calle.
Sabemos que cuando por marzo mayea, por mayo marcea. Mejor dicho, sabemos que antes era así, que los años en que la primavera nacía prematura, el invierno se guardaba un recibo pendiente. 
Así, cientos, miles de refranes, nos avisaban de cómo indefectiblemente se comportaba el tiempo o de la previsible consecuencia de una leve modificación en el patrón general.  Estos aforismos conformaban una suerte de conocimiento popular que cada generación heredaba de la que le precedía y, en paralelo, enriquecía para dejárselo a la por venir. La razón de ese trasiego del saber acumulado era por su obvia utilidad. Mal que bien, nos servía.