jueves, 31 de enero de 2019

CUENCA ESTÁ MÁS LEJOS

Cuentan que un chavalín que apenas levantaba dos palmos se encontró entre sus deberes una pregunta cuya respuesta no tenía nada clara. Tras pensárselo y no dar con una respuesta que le convenciese decidió pedir ayuda a su hermano mayor.
-          Oye, Luismi, ¿me puedes echar una mano con los deberes? Es que hay una pregunta que no sé responder.
El hermano mayor, un adolescente petulante, valga la redundancia, quiso dejar claro que aún existía una diferencia de nivel, que él bien habría de saber lo que el pequeño desconocía.
-          Claro, dime.
-           ¿Qué está más lejos, la Luna o Cuenca?
-          Cuenca, claro.
El renacuajo no debió de quedar muy convencido.
-          ¿Seguro?
-          Claro, ya te digo, ¿tú ves Cuenca desde aquí?