lunes, 9 de noviembre de 2020

UN NO PARAR

Foto "El Norte de Castilla"
El mundo no se está quieto ni en el sentido figurado, la vida es puro dinamismo, ni, por supuesto, en el literal, que bien sabemos que ese ritmo de nuestra Tierra, de vuelta diaria sobre sí misma y anual alrededor del Sol, nunca decae. Pero no por ello dejamos de apelar a ese imposible y, cuando vienen mal dadas, imploramos al planeta que se detenga.

Tras el fallecimiento de mi tocayo el dibujante Quino, proliferaron las imágenes de su más icónica creación: Mafalda. En muchos casos, tal vez por el momento de duelo, le acompañaba una frase de ese estilo atribuida a la niña, “detengan el mundo, que me bajo”. Tiempo atrás, el propio Quino apuntó que se trataba de una viñeta adulterina; su Mafalda, la genuina, nunca hubiera deseado dejar el mundo. Su potente curiosidad, su visión crítica de la sociedad, eran causa y efecto de una monomanía: la pretensión de que el mundo mejore.