martes, 25 de febrero de 2025

TODOS QUIEREN SER LOS CAMPEONES

 



Como cada día me sorprendo más, cada día me sorprendo menos. Aquella ingenuidad cantada por Torrebruno que relataba una refriega inane entre tigres y leones reseña el modus operandi de los actuales debates sociales y políticos, incluidos -casi me atrevo a afirmar que especialmente- aquellos cuya envergadura imposibilita embotellar su contenido en un monosílabo que compendia un apriorístico argumentario. Donde se espera -esperaba- ponderación, donde se requiere -requería- un fino calibre argumental, se impone la desmesura, se aporrea con un mazo o se ocultan las reflexiones incómodas lanzando bidones de pintura negra. Los tiempos de espectacularización se nutren de actitudes sobreactuadas. Los debates se condensan en tomas radicales de posición. En un aquí o allá, en un sí o un no. Un ‘sí’ rotundo y un ‘no’ contundente. Un sí o un no siquiera racional, pespunteado con hebras de ecuanimidad. Un sí o un no esencialmente interesados.

Y así andamos en relación a los debates concernientes al entramado ferroviario vallisoletano, al capítulo de la propuesta de nueva estación. Carece de sentido, al olvidar la razón esencial de ser de la inversión, que la base del sí se sostenga en el dinero que aportará la construcción a la ciudad. Carece de fundamento, al postergar la lógica de la elección, sustentar el no en el hecho de que la ciudad elegida se llame Valladolid o de que la propuesta sea políticamente ajena.

En estas, me asalta el más allá. Escucho como provecho que por Valladolid transitarán miles de trenes. Es, pero no lo es sin más. Venta de Baños me viene a la cabeza. El pesimismo que me produce la despoblación y el envejecimiento de estas tierras me impele a pensar en el riesgo de repetir el ocaso venteño. Las aves de paso, que por definición al menos paran, descansan y comen, podrán mudar sus costumbres y convertirse en AVES que simplemente sobrevuelen aunque sea a ras del suelo. AVES que concentran y vacían, AVES hijas del modelo que dejó de anidar, por ejemplo, en la Vía de la Plata.

Y el más acá, pero eso es otra historia.

Publicado en El Norte de Castilla el 25-02-2025