
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
domingo, 27 de noviembre de 2016
COMO UN CONEJO

miércoles, 23 de noviembre de 2016
CUANDO EL RELATO NO VALE
Hace años, en las vallas publicitarias de nuestras ciudades se exhibían
una serie de cartelones de una compañía de bebidas alcohólicas. En cada uno de
ellos aparecía escrita, junto a la imagen de diversos rostros reconocidos, una
frase de esas anodinas, pero cuyo efecto inmediato traslada la sensación de canto
a la libertad individual, a la autoafirmación de cada cual. La mirada
penetrante de un Tarantino, por ejemplo, al lado de un “Escribo mis propios
guiones”. La campaña publicitaria se completaba, entre otras cosas, con el
reparto de camisetas con un lema que venía a decir que el portador de dicha
prenda era un tipo auténtico, genuino, distinto de ese magma formado por una
masa homogénea de seres iguales, por replicantes. Había, eso sí, miles de esas
camisetas iguales; miles de personas haciendo un canto a su mismidad pero
vestidos de la misma forma.
El principal éxito de los poderes económicos en esta sociedad de masas
consiste precisamente en haber conseguido cuadrar esa circunferencia:
convertirnos en iguales y, a la vez, hacernos sentir diferentes. En el terreno
comercial, la publicidad ha sido el principal instrumento. A poco que nos
fijemos, podemos observar que los anuncios cada vez más se mueven en esta
línea: a la vez que pretenden que haya millones de personas que adquieran los
productos indicados, intentan que cada uno de ellos se sienta especial por
haberlo adquirido.
En el terreno del pensamiento, la cosa no es muy diferente. Los medios de
comunicación, sobre todo los audiovisuales, son la única relación de buena
parte de nuestros convecinos con la realidad. De esta manera, la agenda
informativa, la relevancia de unos hechos frente a otros, viene marcada desde
fuera. Los ojos por los que vemos la realidad, aunque creamos que son los
propios, son ajenos. Incluso el bosquejo argumental con el que nos vamos
apañando nos viene dado. Pensamos que existe recuperación si lo repiten una y
otra vez, si muestran a discreción los gráficos o índices que mejor se adecuan
al hecho del que se nos quiere convencer. Datos que muestran, pero no explican.
El problema llega cuando el abuso es tal que la realidad del día a día se
enfrenta a la imagen mostrada. Se termina por no creer en nada. Surge la
desafección en masa, se abona el terreno para que crezcan los Le Pen, o engorden
los Trump. Y lo hacen escudándose en lo políticamente incorrecto. Materia esta
para el próximo jueves.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 24-11-2016
sábado, 19 de noviembre de 2016
ESTUDIOS SATURNALES
Hemos conocido un estudio sobre la atmósfera de Saturno. ¡Qué estupidez –se oye decir–, con la de problemas serios a los que podrían dedicar el tiempo y el dinero! ¡Ya! –responden los científicos–, pero ahora podemos disponer de un material que nos permite conocer las dinámicas que se producen en la atmósfera terrestre, el cambio climático, por ejemplo. Cualquier conocimiento parte de la observación, pero para abordarlo en profundidad son necesarias las sistematizaciones teóricas y experimentales. Sin ellas, podemos ver cómo cae una manzana pero no entenderemos por qué. Es frecuente que los contemporáneos de los científicos, en vez de verlos como adelantados a su época, les traten como ‘taraos’, muy listos, eso sí, que pierden el tiempo en chorradas.
jueves, 17 de noviembre de 2016
ES DE SENTIDO COMÚN
En nuestro cerebro se va instalando, de la misma manera que un programa
informático en un disco duro, una lógica de pensamiento que es capaz de
proporcionar respuestas inmediatas a las preguntas que la realidad nos realiza.
En algunos casos nos sirve para sobrevivir, en otros para interpretar la
complejidad del mundo con media docena de patrones. Pero estas ‘lógicas’ no son
inmutables ni inocentes. Lo primero es una obviedad, lo que ahora vemos como
natural, antaño fue un anatema y viceversa. Lo segundo, a poco que lo pensemos,
también es evidente: dado que a la construcción de esta ‘aplicación’ que bien
se puede llamar ‘sentido común’ contribuyen buena parte de los factores que,
como el aire, nos rodean; quienes tienen capacidad para influir en nuestras
vidas intentarán que sus mensajes nos calen hasta los huesos para que
respondamos de la manera que mejor les conviene.
sábado, 12 de noviembre de 2016
OBITUVARIOS
Si el argumento lo hubiese escrito Francisco Nieva no sabríamos en qué categoría -entre las que el propio autor dividió sus trabajos- encuadrar la obra. Podríamos pensar en catalogarla como ‘Teatro furioso’ por aquello del arranque del rival; pero dado que apenas hubo rapidez, ni sorpresa, ni pudimos encontrar un ápice de sátira o ironía, este estante queda descartado. Lo intentamos en el vasar del ‘Teatro de farsa y calamidad’ por aquello del resultado; pero no encontramos ninguna trama compleja, ni un poco de intriga, ni hubo personajes que vistiesen la capa del héroe romántico. El partido careció de sustancia suficiente para que el dramaturgo castellano-manchego la hubiera subido a las tablas.
jueves, 10 de noviembre de 2016
NO ES TRUMP, ES EL DESAMPARO
De momento, al menos de momento, los miedos que despierta el nuevo
‘Master del Universo’ son excesivos. Al fin y a la postre, los poderes de los
presidentes de los USA vienen limitados por un sistema que constriñe y una
estructura que impone. Trump no será una excepción a esta norma. El sistema
sirve como cortafuegos para cualquiera que pretenda salirse por la tangente,
permite al primer mandatario tomar decisiones siempre y cuando no sobrepasen
las líneas prefijadas. La estructura mediática y económica, valga la
redundancia, pendiente de unas cuentas de resultados que no está dispuesta a
dejar al albur de las ocurrencias del presidente, aprieta o afloja en función
de sus conveniencias.
lunes, 7 de noviembre de 2016
ALBERT CAMUS Y LA VIDA...

Hoy se cumplen 103 años desde que naciera Albert Camus. Él escribió la frase que ilustra este texto. Muchas veces me han preguntado que por qué me gusta tanto el fútbol, otras tantas me han dicho que el fútbol sirve para alienar a la sociedad (una especie de opio del pueblo). En esta frase está la respuesta....porque todo eso que ocurre en la vida lo veo mimetizado en un terreno de juego y ver fútbol, analizar lo que acontece en el rectángulo y en el entorno, por tanto, me ayuda a comprender mejor al ser humano. No es sorprendente, claro, que el propio Camus, el mismo que escribió esta frase, escribiese también que "todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol" entre otras cosas porque “pronto aprendí que el balón nunca viene hacia uno por donde uno espera que venga. Eso me sirvió mucho en la vida”.
domingo, 6 de noviembre de 2016
UNA FOTO SINCERA-SINCERA
Faltan apenas dos días para que en el calendario se tache la casilla del primer martes posterior al primer lunes de noviembre. Cuando esta circunstancia, como sucede ahora, coincide con un año múltiplo de cuatro, nos ofrece el espectáculo de la elección de la persona que dispondrá durante los cuatro años posteriores del mayor poder en el mundo. Los estadounidenses terminarán determinando si en este caso el cotarro caerá en las manos de Hillary Clinton o en las de Donald Trump. La pelea casi nos retrotrae a aquellos tiempos en los que fue muriendo el ‘Ancien Régime’, un siglo largo en el que la burguesía fue socavando los cimientos de una sociedad dominada aún por la aristocracia posfeudal. En este juego, Clinton asume el papel de icono del ‘viejo orden’. Ella, más que nadie, representa, como se decía por estos pagos, la genuina imagen de las fuerzas vivas. Trump, por el contrario, representa la lucha contra ese orden. Suena paradójico que una de las personas con más poder económico del país pueda ser vista como un ‘outsider’. Sin embargo, por sus planteamientos y las formas de exponerlos, así es. El ultramillonario se ha erigido en el portavoz de los descontentos con el poder de lo que ellos llaman despectivamente ‘Washintong’. ¿Cómo? Diciendo lo que muchos quieren oír, atacando lo que muchos quieren atacar y lanzando exabruptos de la misma manera con que muchos querrían dar un corte de mangas a esa élite. Cada vez que Trump abre la boquita y se arranca con cualquier coz machista, racista o similar, los analistas certifican su muerte. Al poco, resurge en las encuestas descolocando a los opinólogos oficiales. Estos aún no han detectado que buena parte de la población siente que ha perdido el abrigo en medio de tanta fruslería que suena a recauchutada. La apariencia estudiada, las palabras medidas, los debates prefabricados huelen a alcanfor.
jueves, 3 de noviembre de 2016
NO LES HACE FALTA
Al final resulta que la socialdemocracia era eso, algo parecido a una
póliza de seguro que cubría a los dueños del capital del riesgo cierto de
explosión social. Durante decenios, en Europa Occidental se nos vendió este
modelo como el resultado de un consenso social, como el mejor de los sistemas
posibles, el único que hermanaba los intereses de los dueños de las grandes
compañías con el de sus trabajadores. Los primeros aceptaban una serie de
condiciones que permitían a los segundos el desarrollo de una vida digna.
Aquellos seguían acumulando y estos vivían razonablemente bien, condición sine
qua non para que el estallido social no se produjese. Una especie de Arcadia en
la que todo el mundo tenía su asiento de felicidad.
Hubo factores externos que contribuyeron a mantener vigente la póliza: de
un lado, el miedo cerval al demonio rojo del este; de otro, la posibilidad de
proveerse de recursos materiales en lo que se llamaba tercer mundo. Nadie, casi
nadie, se preguntaba el porqué. Estado del bienestar, lo llamaron. Se estaba
bien, buena gana. En estas condiciones, los estados cumplieron su papel. Los
partidos de base socialdemócrata implantaban sus políticas y los conservadores
no encontraban manera de vencer electoralmente si no era asumiendo los
principios de su rival.
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