Aunque solo sea por justificarme,
primer vericueto que tomamos al ser pillados en cualquier renuncio, diré que
perderse es la consecuencia lógica de llevar caminando tanto tiempo en este
desierto llamado España. Quiero mirar hacia delante, pero solo veo un frente de
dunas que, como las puertas que describía Sabina en calle Melancolía, niegan lo
que esconden; eufemismos que suenan a ‘sí’ donde dicen que ‘no’. Lo peor, con
todo, es que sé que tras ese frente no habrá vegetación sino más frentes. A
veces, eso sí, un golpe de calor me hace perder la consciencia y creo estar en
medio de un oasis, pero siempre hay un jarro de agua que me devuelve a la
arenosa realidad.
Pensaba, ya digo, atontado por el
calor, que el duro trance de tener que abortar no hacía escalas más largas en
unas mujeres que en otras, que dependía de la situación personal de cada una de
ellas y que, en esa decisión, influían múltiples factores. Pero el jarro esta
vez se llamaba Beatriz Escudero, las mujeres que abortan en España, dice esta
diputada del PP, «son las que menos formación tienen». Bien. Tengo en
consideración sus palabras. Supongo que ella, detractora de la actual ley, una
vez que ha realizado el diagnóstico y en aras de la coherencia, actuará en
consecuencia. O sea, para evitar que las mujeres aborten el gobierno potenciará
su formación. Pero resulta que la educación es la parcela en la que se
estrellan los platos del desastre económico, hasta el punto de que, cuando
estas letras vean la luz, diversos sectores del sistema educativo estarán reclamando
un giro copernicano a las políticas impulsadas por el gobierno. O sea, si la
tesis de Escudero es correcta, nos espera un futuro en el que el número de
mujeres que aborten casi superará al de las que se queden embarazadas. La falta
de formación es lo que tiene. No quedará ahí la cosa, según el juicio del
Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, el aborto tiene que ver con ETA.
Ya digo, una caterva de mujeres incultas y terroristas pondrán en peligro la
patria. El desierto no tiene puertas, no sé cómo encontrar la salida.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 09-05-2013
muy bueno Joaquín. Un saludo desde las Francias. Ramón Juste
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