El cuerpo electoral es un sistema complejo porque está
formado por una infinidad de partes interconectadas entre sí por unos lazos que
generan un caudal de información imposible de analizar. Dado que además es
dinámico -va evolucionando acorde pasa el tiempo- y caótico –cualquier
variación de las condiciones puede provocar efectos muy diferentes en el
comportamiento-, el cuerpo electoral está sujeto al efecto mariposa, esto es,
un hecho en apariencia insignificante en algún lugar produce un cambio radical
e imprevisible en otro lugar diferente. Existen miles de asesores, unos
técnicos, otros augures, dedicados a trampear sobre el sistema en pos del
beneficio de la parte contratante. Los que tuvo a sueldo Susana Díaz le llevaron
a convocar elecciones por adelantado. Entendieron que no les venía bien acercar
los comicios propios al batiburrillo electoral de mayo, que los mensajes se podrían mezclar y que tal mezcolanza
no era buena para ella. Así, sola, porque yo lo valgo, ganaría fácil y después,
para la primavera, el que más chiflase, capador, el piñazo que bien se pudieran
llevar los suyos, es un decir, no le arrastraría.
Pero, ¡ay!, la complejidad del sistema escondió que los
lazos entre sus votantes históricos iban a propagar el runrún del descontento
que les llevaría a quedarse en casa el día de autos. El dinamismo generó una
fuerza a la derecha de la derecha de la derecha. Un pequeño cambio, teoría del
caos, efecto mariposa. El aleteo de
Susana Díaz gestó un huracán.
Pedro Sánchez, una vez comprobado que los presupuestos
encallaban, no le quedó otra que adelantar las elecciones. Los asesores del
presidente -incluyan al denostado Tezanos- leyeron bien la dinámica de las
corrientes. Al azar, hay que ayudarle, y a ello se pusieron. El viento
levantado en Andalucía soplaba fuerte, la mar parecía brava. Las urnas se
llenaron. Oleaje y resaca. Oleaje o resaca. El PSOE apuntó en su haber millones
de papeletas que solo pretendían contener la ola emergente. Pedro Sánchez, y
van tres, fue elegido por el mérito de no ser el otro y, ¡quién se lo iba a
decir a la exsultana!, porque la elecciones andaluzas, al ser antes, sirvieron
como imprevista vacuna.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 02-05-2019
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