Al abrir el archivo con la foto de este último Instante de
la temporada, me ha asaltado aquel recuerdo a la par que uno de esos consejos
que escuché de rapaz un día que, tras haberla armado en algún trabajo veraniego,
me tocó volver al lugar del crimen. Me acercaba sigiloso, achantado, esperando
un rapapolvo. Un paisano de más edad que compartía labores, sospechando por mis
ademanes que malamente disimulaba alguna
pirula, me dio la clave, “si nadie saca a colación eso que callas, haz como que
no ha pasado nada; intenta que no sea por ti por lo que se enteren”.
Pues ya me dirán, por más que acabase de marcar un gol, qué
motivos llevaron a Óscar Plano a reivindicar y reivindicarse. No se me ocurren.
Era un día para demostrar dignidad -para no responder ‘pasapalabra’ a ninguna
de las preguntas que pudiera formular el partido por más que te paguen por ir -
y guardarse de no hacer demasiadas alharacas, al menos mientras no se obrase el
milagro que nunca estuvo en disposición de realizarse.
No se produjo, la sentencia ya se firmó. En la lápida
figurará la fecha de hoy pese a que sabemos que no es este el día de los
reproches: que todas las consecuencias vienen de causas perpetradas antes. Si
el tamaño de la decepción es mayúsculo, tiene que ver con que no se pedían
quimeras: había potencial de sobra. Quizá la misma foto nos aporte un par de
pistas de nombre Toni Villa y Shon Weissman.
Ahora toca duelo, en breve se asimilará el mazazo, no
tardando se volverá a empezar. Desde ayer, falta un día menos para celebrar el
ascenso.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 23-05-2021
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