jueves, 13 de septiembre de 2012

CURSO NUEVO, VIEJOS USOS

Sentado en uno de esos pupitres que cualquiera que tenga más de cuarenta años reconocería como suyo, borraba las palabras escritas a lápiz en la cartilla de dos cursos atrás. Mi hermano acababa de entrar en la escuela por primera vez y en su raquítica cartera llevaba un cuaderno sin estrenar, un escaso estuche y una cartilla heredada. Se sentó a mi lado -entonces en la misma aula vivíamos niñas y niños de diversos cursos- y tímidamente colocó sobre la mesa lo poco que de casa había traído. Le cogí la cartilla y me dispuse, goma en mano, a dejarla como nueva.
Muchas cosas han cambiado, no podía ser de otra forma, en el terreno de la pedagogía. Se han producido avances en el aspecto teórico, en la formación de los profesores y en los medios disponibles. También en el social, teóricamente ya no hay niños sin escolarizar. Pero este no es el barco que pretendo abordar en este artículo. Voy a otra cosa: por primera vez, tras nueve años amontonándolos, alguien, cargado de vergüenza, eso sí, me ha pedido los libros que usó mi hijo el curso pasado. Por primera vez, yo he pedido libros usados para que él los utilice este año. Nos habíamos acostumbrado a convertir en perecedero lo que no lo es, hasta el punto de sentirnos arrastrados por el qué dirán. La necesidad ha vuelto a imponer una lógica que tiene el mismo sentido en circunstancias más favorables. Es más, los políticos erraron y los ciudadanos (no todos) hicimos dejación, porque en los años de bonanza se deben construir los cimientos con que sostener el techo con que guarecernos en épocas de tormenta. Las becas para libros son un esfuerzo vano porque aumentan cuando menos se necesitan y disminuyen cuando son imprescindibles. Ese mismo dinero, con una adecuada política, hubiera servido ahora para que ningún niño se ponga rojo al no poder tener todo el material requerido. Y casos habrá. Solo el buen hacer del profesorado evitará que desde pequeños aprendan que todos son iguales, pero unos más iguales que otros.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 13-09-2012 

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