Foto "El Norte de Castilla" |
Miro hacia la puerta y veo que la cola es enorme. Prefiero
volver en otro momento. Cuando estoy saliendo me percato de los primeros de la
fila llevan el carro cargado de papel higiénico. Soy poco de meterme en lo que hacen los demás,
pero ante la sorpresa, pregunto. “Pues no es nada, si vieras Madrid…”. Siempre Madrid gana a todo, siempre Madrid
más.
Ya en casa me pongo a mirar por internet para enterarme de
lo que ha pasado. Y lo encuentro. La justicia suiza investiga un ingreso de 100
millones de dólares provenientes de la corona saudí cuyo destinatario final
habría de ser el rey Juan Carlos. Aún no se conoce el porqué, pero vamos, la
cantidad tampoco es tan grande, apenas la tercera o la cuarta parte del
presupuesto de un ayuntamiento pequeño como el de Valladolid. Supuestamente, que
por amor se hacen muchas tonterías y, como ya se preguntase Manuel
Gómez Pereira, ¿por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?, 65 de esos
millones, por simple y llano agradecimiento del monarca, un regalo por los
cuidados recibidos, terminaron en manos de Corinna Larsen. Campechano y
generoso en el mismo lote. Un partidazo, no se puede pedir más. Pues, sigo
buscando información, no ha debido de ser suficiente, ¡qué feo es el amor
cuando se acaba!, Corinna amenaza con denunciar por amenazas para que no cuente
lo que sabe –y nosotros no, cabe aclarar-. A ver si entendí mal y aquella
palabra de la que todo el mundo habla va a ser Corinnavirus… Bien pensado,
tampoco es para tanto, quién, que se haya separado, no ha lidiado con un
excuñado arisco y brutote que informa de que “¡Ay de ti como digas eso que te
contó! Veremos en qué sigue la cosa.
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