Lo sigo pensando. Lo recuerdo cuando veo el entusiasmo que
ha rodeado el Congreso del PSOE. No es la pelea, la lucha por el poder o el
postureo de egos, lo que echo en falta, sino el debate crítico, un punto de
pensamiento disidente que cuestione la línea oficial. Ni bronca, ni concursos
de palmas. Tanto aplauso siempre esconde acuerdos de trastienda, giros de
timón, persistencia en el rumbo, lo que sea que sea que solo sabremos cuando se
produzca.
Al tiempo, la ministra Yolanda Díaz, candidata a candidata,
lanza un aviso a navegantes: “estoy rodeada de egos, si hay ruido es probable
que me vaya”. Si por ruido de egos se refiere a deslealtades interesadas,
suscribo. Ahora, si lo que pretende es un silencio que no cuestione, una desaparición
de discrepancias, estaría mostrando el camino que va de la unidad a la
uniformidad, de la lealtad a la docilidad.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 20-10-2021
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