miércoles, 9 de febrero de 2022

SI ES HUÉRFANA, ES DERROTA

Avanza la campaña sin la sorpresa de que haya sorpresa alguna. Avanza porque tiene que avanzar, porque los días se suceden y todo tiene su fin. Por si se la han perdido, se la resumo: todos piden que les votemos porque ninguno es el otro. Siguiendo la lógica de Napoleón -si es huérfana, es derrota-, cuando nadie asume la responsabilidad del andar por donde andamos, señal de que caminamos perdidos

Nadie es Mañueco, responsable civil, bien directo por pertenencia, bien subsidiario por acarrear las mismas siglas, de los gobiernos de la comunidad de los siete lustros que nos anteceden.

Mañueco no es Sánchez. Con eso le da para rehuirse, para prometer como si fuera un recién llegado, para presentarse como alternativa. Fin.

Con tanta insipidez, parece que nada se mueve, pero todo se revolverá. En una semana sabremos hacia dónde, que será a cualquier sitio menos al que nos llevamos tanto tiempo dirigiendo. Incluso, aunque no se rompa la línea dinástica que arrancó con Aznar. El pacto que podría mantener a Mañueco no será la suave cosquilla de Ciudadanos, ese compartir gobierno con fines más moralizantes que impulsores de una línea política; sino uno que, sin apartarle del trono, le agarre de las muñecas con la fuerza suficiente como para dirigir sus manos.

Hay quien piensa que VOX, asentado en el gobierno, suavizará su postura –mira PODEMOS, dirán los amantes de dibujar simetrías-. Tal vez, pero sería bastante más adelante, no ahora. En fase de crecimiento, uno necesita hacerse notar, dar voces en la mesa, matar freudianamente al padre. Lo que consigan en Castilla y León no lo valorarán per se, somos caza menor, una perdiz para abrir la montería.  

Parte de la ‘gente de bien’ se ha echado al monte. Ya ven, yo, a quien llamaban antisistema, que nunca paseé un domingo por la calle Santiago, parezco un tipo corriente. 


Publicado en "El Norte de Castilla" el 09-02-2022

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