martes, 24 de abril de 2001

LA ESTACA CAE

“Si unos tiramos por aquí y otros tiramos por allá la estaca cae, que bien podrida debe estar”. ¿Se acuerdan de aquella canción de Lluis Llach? De seguro no pensó en el Real Valladolid al escribir su canción. Es el milagro de la poesía. Uno lee unos versos y siente que podría haberlos escrito, dan en la diana. El caso es que lo tenemos ahí. Todos tiraron y al final el Pucela caerá. Y surgirá un caudillo que generosamente se brindará como salvador. ¡Loado sea¡ Todo por unas pequeñas recalificaciones de nada (que es la forma de regalar dinero de todos sin que se note). Y tendremos al Pucela mediocreando por la primera división 6 o 7 años más. Vagabundeando por los caminos de la nada. Le veremos sin recordar el pasado que es la mejor forma de no involucrarnos en su futuro. No soy adivino, les estoy contando lo que ya ocurrió y que, me temo, se repite cíclicamente.
Recuerdo el poema de los comuneros, escucho los discursos oficiales y siento que, quemados los pinares, no nos queda ni el encinar.

Y me hago una pregunta. ¿Cuántos aficionados de mi barrio, La Victoria, son necesarios para presionar a Caja España con la misma fuerza que un ciudadano determinado? ¿Una persona un voto? Entelequias.

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