jueves, 2 de julio de 2020

MEDIA CIUDAD EN BICI

Foto "El Norte de Castilla"
A la séptima u octava que me levantaron, perdí la cuenta. Pero a buen seguro que pasa de diez el número de bicis que me han robado. Incluso, en un mismo día, me robaron dos: por la mañana, la mía en la calle Manzana y, ya entrada la noche, en la calle Huelgas, la que me acababa de dejar el bueno de Nacho Carrascosa para cubrir la vacante de la primera. Hasta me reía de mí mismo con el ánimo de secar las lágrimas y enjugar la rabia diciendo que lo mío era puro proselitismo, que media ciudad iba en bici gracias a mi actitud desprendida.  Una exageración, claro: en realidad no éramos más que un puñado quienes treinta años atrás nos desplazábamos en bici por Valladolid. Éramos tan pocos que nuestra presencia sorprendía a unos conductores poco dispuestos a compartir espacio con las ligeras bicicletas en un firme que consideraban suyo en exclusiva. Al fin y al cabo, ¿cuántas veces me lo habrán preguntado?, se sobreentendía que la única razón para moverse en bicicleta era el no tener posibles para agenciarse un coche.

Las cosas han cambiado mucho. No solo por la adecuación de la ciudad para posibilitar la presencia ciclista, cabe añadir, al menos esa es mi experiencia, que el pilotaje de los coches se está suavizando. Ya se comprende que el uso de la bici no es una elección de carácter económico, sino una decisión. Una decisión que, de soslayo, aporta espacio y resta ruido y humo. Treinta años después, es una gozada ver tanta bici en las calles. Sin necesidad, además, de que el incremento se deba a que me sigan birlando las mías. 


Publicado en "El Norte de Castilla" el 02-07-2020

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