No puede haber tiempo para probar tanto. Resulta imposible, digo, que en los entrenamientos semanales haya margen para automatizar los movimientos, despliegues y coberturas necesarios para el desarrollo de varios sistemas si, además, añadimos el continuo baile de nombres de los protagonistas. Ora con cinco atrás, ora con cuatro. Hoy en el once se alinean unos, mañana serán otros los que jueguen de inicio. Puede que con Toni o con Aguado siendo alternativas que desempeñan el mismo rol en diferentes momentos o con Toni y Aguado ejerciendo de figuras complementarias obligados a representar papeles diferentes jugando a la vez...
De inicio, sí, claro. Lo que se propone de entrada se ha trabajado en condiciones a lo largo de la semana. Aunque con tanto cambio entre partido y partido, los de fuera percibimos que las dudas asaltan al entrenador. Lógico por otra parte, de no sonar bien la partitura original, se introducen nuevos acordes aunque solo sea por ver que tal resulta. Y si esta tampoco, otros, otros y otros. Hasta que el cuerpo, o la paciencia, aguante. Si nos atenemos tan solo al resultado, el acorde de ayer no modificó gran cosa. Una derrota que se suma a la lista de las dos anteriores. Mirando más allá, tirando de optimismo y conformándonos con poco, pudimos ver un Pucela algo menos temeroso, que se atrevió a ir a por el partido y que se encontró con la fatalidad de un (discutible) penalti en contra que inclinó la balanza en contra.
Sobre la media hora final, el rato tras el zarpazo de que se disponía para modificar los designios del marcador, apenas se pueden extraer conclusiones. Pacheta modificó todo: hombres y sistema. Más que la respuesta a un plan, pareció el golpe que se daba a las teles de antaño cuando súbitamente dejaban de funcionar.
Entre tantas variables, alguna no ha podido ser ensayada, ha tenido que responder al impulso, a la corazonada, a la improvisación, a esa cuadratura del círculo que se dibuja en el cerebro de cualquier futbolero por más entrenador que sea. ¿Que vamos perdiendo? Pues más madera que es la guerra, toda la leña al fuego, si sale con barbas, San Antón, y si no, la Purísima Concepción.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 19-09-2021
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