domingo, 23 de enero de 2022

MENOS PUEDE SER MÁS

En casi todas las facetas de la vida, antes era todo más sencillo. No digo mejor, no confundamos, digo que el número de alternativas era mucho menor y, por tanto, para tomar una decisión no era necesaria tanta cábala. En muchos casos, sobre todo para los de abajo, la vida venía tan condicionada que las opciones eran lentejas. No hace falta lanzar la vista muy atrás, ni siquiera es necesario buscar la referencia en libros, muchas personas de mi generación somos hijos de otra que poco pudo elegir: se condujeron, y muchos muy bien, por un camino pedregoso, el único que se les abría.

Yendo a lo nuestro, lo de los cambios en el fútbol es algo casi reciente. Lo de las rotaciones, un concepto actual. El entrenador elegía su once y, salvo lesión, era lo que había. En la semana del fallecimiento de Gento, cabe recordar que, dado que lo primero no se podía y lo segundo no se consideraba, su suplente, Manolín Bueno, sufrió una eterna condena al banquillo. Un entrenador actual tiene mucho más trabajo: administrar una plantilla, modificar mediante sustituciones, hasta cinco, el transcurrir de un partido. A veces, buscan un simple relevo, retirar a un jugador cansado para introducir a otro con un desempeño similar; otras, proponer una variante táctica, una alternativa que solape la carencia detectada.

El Pucela, con las marchas de San Emeterio y de Alcaraz, ha reducido el número de sus efectivos para la zona central. Pacheta tiene menos opciones. Necesita para el medio a Anuar y Kike, a los que antes colocaba en banda.

De hecho, ante el Zaragoza, pese a que ha agotado los cambios, le ha costado hacerlos. Como si los ingredientes que veía en el banquillo le hubieran dado poca confianza. Bien visto, pueden quedar ricas las lentejas: las ausencias propician el protagonismo en la sala de máquinas de un Kike que tiene que decidir si aspira a ser futbolista o se queda en trotamundos. Pero claro, necesita la confianza del entrenador. Y 16 minutos son poca cosa para marcar su impronta. Sea como sea, hará falta. Según se acerque el final, y ya andamos en el segundo giro, será necesario cada recurso, cada gota de oxígeno. Desde ya, cada punto que se sume será vida; cada uno que se pierda, drama. Así somos.


Publicado en "El Norte de Castilla" el 23-01-2022

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