martes, 27 de septiembre de 2022

EL DESPERTADOR

Unas pocas horas atrás, sonó el despertador en millones de casas de Europa. Padres y madres, al trabajo; la criatura -así, mayoritariamente en singular y eso donde la haya- al colegio. Cada cual arrastrado por una rutina solo soliviantada por un fárrago creciente de incertidumbres. Las informaciones acerca del resultado electoral en Italia que dan por muy ganador a Fratelli d’Italia, con ser un síntoma (en segunda acepción RAE), no trastocan apenas nada; todo lo más, provocan un lamento o un aplauso, un seguir a lo que toca y un vendrá lo que tenga que venir. Un “lo que tenga que venir” que en cuestión económica será poco más de lo mismo. En otro costado, con otras pretensiones, allá por 2015 en Grecia, con la Syriza de Tsipras, también hubo respuesta a los postulados de la UE. Y como si nada. El que presta manda. La deuda de Italia obliga a su gobierno, al que sea, a obedecer para recibir los fondos de recuperación. Pese a la contundencia de los discursos, el margen de maniobra es escaso.

Obviamente, la llegada de Meloni al gobierno, sería pretendiendo marcar un perfil singular definitorio que dibujaría la diferencia en aspectos civiles, en la relación con la frontera… La incertidumbre, sin embargo, no desaparecerá.

Una de las razones del crecimiento electoral de este espacio consiste en no haber participado en el anterior gobierno de Draghi, UE en estado puro. La izquierda, lo que esta sea, tendrá que repensar si no cometió un error al no percatarse de que la doble negación de la globalización, la anti-anti-globalización, termina siendo apoyo a la hegemonía globalizadora, la que nos ha traído hasta aquí. A veces, querer avanzar tanto deja a la gente muy atrás.

No es lo peor que, en un parlamento, un procurador lance  un ‘imbécil’ a otro sino no vislumbrar que el próximo ‘imbéciles’ saldrá de la calle. 


Publicado en "El Norte de Castilla" el 27-09-2022

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