lunes, 13 de febrero de 2023

SI HUELE BIEN, MEJOR SABRÁ

Cuando uno es niño de pueblo, asienta la hora de las comidas como óptima referencia para volver a casa. Dado que la comida propiamente, la del mediodía, no dejaba espacio para la duda, era cocido o cocido; que las meriendas no estimulan el olfato ni la incertidumbre –las pastillas de chocolate o las rodajas de embutido apenas huelen y tanto me daban unas como las otras–; lo que hubiera de cena me provocaba la única inquietud gastronómica. Apenas terminaba de poner un pie en casa, trataba de averiguar de qué era el olor que condicionaba pavlovianamente mis reflejos. Cuando no lo averiguaba, aún desde el pasillo, siempre gritaba a mi madre de la misma manera; ella, impertérrita, desde la cocina, siempre respondía igual. – ¡Qué bien huele! – Mejor sabrá. De esta forma, así, sin darnos cuenta ni importancia, establecimos una liturgia que, en cuanto me asomaba a la cocina, ella completaba mostrándome la palma de la mano en clara amenaza de cogotón si osaba comprobarlo antes de hora. 
He pasado la tarde diciéndome que qué bien huele este Pucela. Y mi cerebro saltaba como un resorte con un maternal 'mejor sabrá'. El mismo equipo que hace nada parecía descompuesto, cuyo fútbol olía a podrido, se ha reinventado y emana aromas primaverales. Cuesta recordar un mercado de invierno con mayor incidencia positiva en un equipo. Elegir buenos jugadores y que respondan a perfiles necesarios puede resultar sencillo, que se adapten al juego que se propone no lo es tanto. De Machís, hasta ahora, he llegado la versión buena. Larin ha caído de pie, pero además, en lo poco que ha jugado, ha demostrado que su repertorio no se limita al remate. Hongla, además de exhibir calidad en el pase , ha insuflado quietud y sosiego a una defensa de habitual espasmódica. Pero no solo los nuevos. El nuevo ritmo ha activado lo que decaía. A uno sobre todo: Kike, a ver si sí, a ver si definitivamente, ha dado el salto que su calidad prometía. ¡Qué festival ante Osasuna! Con el 'mejor sabrá' mi madre me dejaba claras dos cuestiones. Una, que el sabor estaría a la altura. Y otra, que 'sabrá' se conjugó en futuro, que tocaba esperar. Bajo el cero-cero, habitual síntoma de tedio, se ha escondido un enorme partido en que el Pucela mereció ganar. Pero hubo poco alimento final, dos puntos volaron. Esperaremos. Jugando así, el olor del Pucela se convertirá con frecuencia en sabor a tres puntos.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 12-02-2023

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