lunes, 10 de abril de 2023

LA SEMANA SANTA DISTORSIONADA

La única Cofradía Penitencial que procesiona a lo largo de casi todo el año, la del Real Valladolid de las Lágrimas Perpetuas y las Exiguas Alegrías, siquiera por una vez, ha distorsionado los ritos –los litúrgicos y los sociales– de la Semana Santa. Este Domingo de Pascua, el equipo resucitó pero muy poquito: movió algo la cabeza, como queriéndose incorporar, pero sin terminar de erguirse. También es cierto que el difunto aún respiraba, había llegado a esta fecha con el óbito a medio hacer. Con esta pizca de resurrección no podemos saber con certeza si el Pucela llegó al Domingo de Gloria medio vivo o casi muerto, si sale de él medio muerto o casi vivo. Lo que sí advertimos es que en las gargantas de los fieles de esta santa cofradía, en vez del tradicional 'Aleluya', resuena un más flamenco 'ayayayay'.
La semana ya arrancaba distorsionada. El anterior domingo, el de Ramos, jornada en la que la tradición impele a estrenar, el Pucela acudió a la capital con el traje desgastado, con la Pacheta pendiente de un último uso. El 'hosanna' en principio dominical por la entrada triunfal en la ciudad no se vitoreó hasta bien entrado el martes. Fue una exaltación a no se sabe quién, a un absoluto desconocido; fue un aclamar displicente, desabrido, como porque había que hacerlo, porque no quedaba otro remedio, porque tocaba depositar en él todas las esperanzas.

El Pezzolano pendiente de estrenar, sin habérnoslo puesto antes, como adquirido por Wallapop, nos lo fuimos probando por trozos con miedo a que nos quedase corto, largo o nos tirase la sisa. El primer vistazo, ya el miércoles, me resultó manido. Frases hechas, como de primeras páginas del manual de quedar bien con la afición, de tribunerismo. Me sonó a discurso de político en campaña electoral, o sea, siempre. Si a un frase le añadimos un 'no' –o, de tenerlo, se lo quitamos– y nos resulta ridícula ('voy a desmantelar la sanidad' o 'no voy a exigir a mis jugadores darlo todo') porque no tiene sentido, la original carece de valor. La presentación sirvió, eso sí, para que dibujara la imagen de él que pretende hacernos ver. Respondió al dilema formulado por Maquiavelo en 'El Príncipe' –«de aquí surge una controversia: si es mejor ser amado que temido o viceversa. Se contesta que correspondería ser lo uno y lo otro, pero como resulta difícil combinar ambas cosas, es mucho más seguro ser temido que amado»– a la manera que el filósofo florentino. Mucho me temo que de forma opuesta a la elegida por su predecesor, un Pacheta anhelante de amor.

El estreno fetén, con su jactancia en la calle, llegó un domingo después del de Ramos. Y como que no hubo mucha diferencia, al menos de principio. Bueno, sí, se tomó una de esas medidas que observo con condescendencia mientras alguien no me sepa explicar las ventajas: se cambiaron los banquillos. Pese a estrenar, el Pucela pareció quedarse sin pies y sin manos. Al menos en el inicio de cada tiempo. Consiguió una ventaja jugando peor. Y se vino arriba. Pero la vida se le hizo eterna en cinco minutos de debilidad, de inconsistencia. Un arrebato y el tino (¿contingente?¿necesario?, veremos si es azar o tónica) con la tecla de los cambios sofocó y volteó la revuelta mallorquina. Quedaba nada. Parecía todo hecho. Pero Larin demostró que los delanteros tienen más peligro en el área propia que en la del rival. Y la resurrección fue del modo interruptus. La Cofradía penitenciará más allá de la Semana Santa.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 09-04-2023

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