En fin, ha costado. El club se ha tomado su tiempo. Hasta el
punto de que el retraso nos despistó; nos desplazó la mirada hasta los únicos
nombres disponibles que cumplían con los criterios de perfil y caché que aún andaban
en competición, los entrenadores de los dos equipos que se juegan el ascenso a
Primera, aspiración que uno no verá colmada. Siendo que el entrenador elegido
ya estaba libre cabe entender que postergar el anuncio responde a un respeto a los
tiempos protocolarios: en este orden corresponde dar a conocer al nuevo
director deportivo, (buenos días, señor Sánchez. Le prevengo, si nos encuentra
un poco ásperos no lo tome como algo personal, esta ciudad nos fue recibiendo
así a los que luego nos ha hecho sentir parte de ella).
La fórmula de presentación del Papa se cierra con el nombre
con el que será conocido por la feligresía, en este caso se lo adjudicamos
nosotros con la potestad de irlo modificando en función de las circunstancias. De
momento, Retorno 22. En cuanto las expectativas vayan tomando forma de
realidad, que será en nada y menos, así que la temporada arranque, el balón
comience a rodar de forma oficial y lleguen los primeros resultados, unos le
rebautizarán como decepción no sé cuántas y otros, esperanza alguna menos.
De momento sabemos lo que sabemos, lo que dice su
trayectoria. O lo que hemos oído que dice, que a lo mejor una cosa es lo que
transmite, lo que nos transmiten, y otra
lo que en realidad es. Haciendo caso a lo que sabemos, insisto, a lo que nos
dicen, a lo que intuimos, nos encontramos más ante un motivador que reactiva la
confianza de sus pupilos, ante un cabecilla que marca la pauta y genera
confianza, ante un jefe que exige a cada uno hasta el límite de lo que puede
ofrecer, que ante un frío estratega que pasa horas inculcando enrevesadas
variantes tácticas. Sota, caballo y rey, pero creyendo, creyéndole y sudando.
Con tiempo y ojos, iremos escrutando. Ese mismo paso de las
semanas, los puntos, la posición en la tabla, incluso la calidad del juego,
serán materia de debate y de juicio, ingrediente de las conversaciones de tasca
y de los sonidos (a ver si sí, a ver si sí) a coro de las gradas de Zorrilla.
¿Si es el idóneo? Eloy, el jefe de aquí, me pidió hace unas semanas un artículo
sobre el futuro entrenador. El resumen de la reflexión es sencillo, los habrá
mejores y peores, pero unos y otros muestran triunfos y fracasos. A priori
nunca se sabe. La clave, dar con el adecuado. Y este será el que llegue si
consigue el objetivo del ascenso. De no lograrlo, otro más que pasará sin pena
y sin gloria. Una cosa es segura: si la cosa acaba bien, le beatificaremos. Sin
duda, así es el fútbol. De momento, ya tenemos el humo blanco. El espíritu
blanquivioleta se ha posado sobre el hombro del cardenal futbolístico Pacheta.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 17-06-2021
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