martes, 9 de noviembre de 2021

DUDAS ANTES, DUDAS DESPUÉS

Nuestra mente caminaba a tientas hacia el arranque del partido, el estacazo reciente ante el Amorebieta provocó un temblor tan elevado que había puesto en entredicho el natural optimismo –ese 'hoy ganamos seguro'– de los aficionados que dirigían a Zorrilla sus cuerpos o sus miradas. Dudábamos entre la versión 'perro apaleado' que, sumiso, con ojos trémulos, aún se lamía las heridas asumiendo que vendrían más o la del 'gato escaldado' que huye del agua fría. Tres minutos tardó el Pucela en dar cuenta de su ansia de revertir las emociones. Tres minutos en que se presentó como una marabunta dispuesta a asaltar el área rival.

–¿Qué han comido? –pregunté pasmado mientras me frotaba los ojos ante inusitado vigor.

–Cuatro –escueta y explícita fue la respuesta que recibí.
No fue un fogonazo: sustos aparte, la primera mitad fue de acoso continuo. Se partía del centro, se percutía por las bandas y se buscaba de nuevo el centro para culminar. Una y otra vez. Y ante las acometidas, dudaba sobre si la diferencia entre ambos partidos se debía solo a las diferentes actitudes o, ciñéndonos a lo futbolístico, a que existen rivales con estilos a los que el Pucela se enfrenta con soltura y otros que le resultan inabordables. Ni siquiera tiene que ver siempre con una escala lineal de mejores y peores en el que los grandes se comen a los pequeños, sino en relaciones circulares de depredación que, al modo del 'piedra, papel o tijera', presenta la naturaleza. Así, los congrios se alimentan de pulpos; los pulpos se comen a los bogavantes; y los bogavantes se tragan a los congrios. La diferencia entre el humano y estas tres especies acuáticas consiste en que aquel actúa con recursos que van más allá del instinto, que pueden pensar para modificar lo que no les conviene. Vaya, que al Pucela no le da para conseguir sus propósitos con comer 'mirandeses' de fútbol delicado si va dejando caer puntos ante los equipos de juego recio.

La segunda mitad, una vez despejadas unas dudas, alimentó otras. El equipo vivaz que fue al vestuario no apareció. Puede ser que el marcador favorable les hiciera guardar la viña. Pero puede que la diferencia se encuentre en el cambio obligado que se produjo. Si fue por decisión o por la ausencia de Mesa.


Publicado en "El Norte de Castilla" el 06-11-2021

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