Él oye el sonido del teléfono y traslada
el auricular a su oído con la calma propia de quienes han aprendido a someter
todos los movimientos a una disciplina gestual.
-Sí, dígame.
Del otro lado del hilo le llega
la voz cadenciosa de una mujer que, por el tono lastimero, denotaba una
angustia que hacía presagiar una situación desesperada.
-Buenos días. ¿Es usted José
María?
Un sonido gutural le sirve para
dar razón a la pregunta retórica de su interlocutora y que da pie a que esta
vaya perdiendo el miedo y entrando en conversación.
-Me alegro de hablar de nuevo con
usted, no sé si me recuerda, mi nombre es España y ahora, más que nunca, le
necesito.
Se hizo un silencio.
Nuestro protagonista sonrió,
llevaba años esperando esa llamada, justo desde aquel día que, por fardar ante
los amigotes, dijo que la dejaría creyendo que ella se arrastraría suplicando
que no lo hiciese. Pero ella no lo hizo. Pasaron los días, las semanas, pero la
llamada no llegaba. Entre conferencia y footing, entre consejo de
administración y partida de pádel, iba llenando su tiempo, mientras el vacío
interior iba en aumento. A pesar de todo, siempre mostraba una sonrisa (o algo
parecido a ella) y se decía para sí, que la cara vista debe ser un anuncio de Signal,
recordando la única frase que le sonaba de esa canción de Mecano. Que le
sonaba, porque desde que decidió romper con España esa melodía le persigue: “Y
aunque fui yo quien decidió que ya no más y no me cansé de jurarte que no habrá
segunda parte, me cuesta tanto olvidarte”.
De repente, se despertó. Se sentó
al pie de la cama y se puso a llorar. Había sido todo un buen sueño, pero un
sueño cabrón. Sintió que el cuerpo le había respondido de la misma forma que
responde a los adolescentes cuando sueñan con su Afrodita. Se secó las
lágrimas.
Quiso recuperarla, pero había
perdido cualquier pista. Aún le quedaban amigos de antaño y recurrió a ellos.
No te preocupes, le dijeron. Él recuperó la sonrisa, se miró al espejo y atusó
su ‘no bigote’. Se sintió preparado. Se puso los calzoncillos rojos por encima
de los pantalones azules y acudió a un plató de televisión: España, amor mío,
aquí me tienes de nuevo.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 30-05-2013
Publicado en "El Norte de Castilla" el 30-05-2013
Salvapatrias in action!
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