Para que una
película pudiera rodarse, la productora estaba obligada a enviar el guion a un
comité de censura. Los censores recortaban las escenas que tuvieran a bien y,
posteriormente, devolvían el nuevo guion con el correspondiente nihil obstat.
Los criterios de estos comités dependían de lo calenturienta que fuera la mente
de sus componentes, de su capacidad para ver, incluso, lo que no existía. Contaba
Luis García Berlanga que, en una ocasión, envió un guion y le fue devuelto con
varias tachas, una de ellas eliminaba una escena en la que simplemente
indicaba: “Plano general de la Gran Vía”. No lo entendió, pero no estaba el
horno para ir a pedir explicaciones. Tiempo después, cosas de la casualidad,
coincidió con uno de los censores y este le explicó los motivos de aquel corte:
“Siendo usted el director –le dijo- ¿quién nos garantizaba que en esa plano no
incluyese un grupo de curas saliendo del Pasapoga?”. Era, en resumen, un
tijeretazo preventivo.
Esta misma noche,
el grupo Def Con Dos actúa en Valladolid. No es la primera ni la segunda vez
que lo hace, pero esta es diferente: la derecha social y política ha emprendido
una campaña para que se suspenda el concierto. Motivos: César Strawberry, el
vocalista de la banda, tiene abierto un caso judicial por enaltecimiento del
terrorismo debido a unos tuits escritos tiempo atrás. Estrategia: la
criminalización y el miedo. Si el caso fuese aislado cabría otra valoración,
pero ocurre al poco del encarcelamiento -apelando a un motivo idéntico- de los
titiriteros en Madrid; de la cancelación en Cartaya (Huelva) de la obra ‘La
mirada del otro’ por abordar los encuentros entre víctimas de ETA y
arrepentidos de la banda en la prisión de Nanclares; la criminalización de
Amparo Bella, diputada de Podemos en las Cortes de Aragón, por osar realizar un
paralelismo sobre el asesinato por ETA de Miguel Ángel Blanco para cuestionar a
su Delegado del Gobierno cuando este sugirió que una mujer, víctima de la
violencia machista, tuvo parte de la culpa en su propia muerte por no haber
extremado las medidas de seguridad….
Ha pasado mucho
tiempo desde aquellos lúgubres años de Berlanga, pero esta sucesión propone que
existe un sibilino empeño por hacerlos retornar. Una censura que nunca es un
fin en sí mismo, sino un intento de imponer un relato, una forma de ver, del
que no se puede salir. O atente a las consecuencias.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 27-02-2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario