sábado, 19 de febrero de 2022

EL PUCELA DE BRONSTED Y LOWRY

En 1923 y por separado, Bronsted y Lowry propusieron una teoría en la que sostenían que al reaccionar entre sí un ácido con una base, y debido al intercambio de protones, se producían una base proveniente del ácido y un ácido a resultas de la base a los que se denominan ‘conjugados’. La siguiente conclusión nos plantea que cuanto más fuerte es un ácido, más débil es su base conjugada.

Los patrones del juego de ataque del Real Valladolid, Aguado y Roque Mesa,  se comportan como un ácido tan fuerte como el clorhídrico, el sulfúrico o el nítrico. Son profundamente corrosivos cuando entran en contacto con el entramado defensivo rival, se disocian completamente con la sola presencia de la humedad del césped, liberan el balón como si fuera un ion de hidrógeno para uso y disfrute de sus compañeros y conducen la energía de un punto a otro del terreno de juego.

Como contrapartida, en fase defensiva, la base conjugada se torna débil. Es cierto que el equipo ha encajado poco, que hasta el partido ante el Girona llevaba casi once horas sin recibir gol. Pero los dos últimos rivales han percibido que en la espalda del ácido corrosivo se encuentra un punto endeble, una grieta, como bien ha apuntado Eloy de la Pisa en el directo. Desde ese punto a la espalda de Aguado y Mesa se han dirigido los ataques más certeros a la portería de Masip: bien lanzados por Samu Saiz para el Girona, bien dirigidos por el cartagenero De Blasis. Si dos rivales lo han detectado, cabe sospechar que ya lo saben todos; corresponde al cuerpo técnico pucelano buscar una solución para que no haya un tercero que se aproveche, para romper la teoría de Bronsted y Lowry de forma que la defensa conjugada de un ataque fuerte sea igual de fuerte.

En cualquier caso, es una gozada ver a este equipo, más ante un rival que juega y deja jugar. Por estilo, ambos contendientes son, si hacemos caso al tópico, los dos equipos menos de Segunda de esta Segunda División. El partido, un ida y vuelta frenético, con más de una docena de ocasiones acumuladas, fue un gran estímulo visual. Con un dato curioso, el Pucela ha ganado un partido en que ha marcado más goles que córneres ha lanzado. Una gozada, amigos resultadistas, que se completa si además consigue el triunfo. Una gozada con poesía: que el gol del triunfo haya sido anotado por Anuar vale lo mismo pero representa, por trayectoria y actitud, mucho más. Doble alegría.


Publicado en "El Norte de Castilla" el 19-02-2022

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