Las necrologías se debaten entre sus indudables logros
diplomáticos y sus ‘realistas’ y ‘pragmáticas’ decisiones que provocaron
centenares de miles de muertos, apoyos a dictaduras o al derrocamiento de
regímenes democráticos. Las necrologías, no un tribunal en su momento. La
fuerza.
Kissinger sublimó el concepto ‘razón de Estado’, una excusa
utilizada para arrinconar restricciones éticas en pos de un presunto bien
superior asumiendo, faltaría, un mal menor, unos daños colaterales… Al final,
la historia enseña que las razones de Estado son las razones de los que tienen
en su mano el Estado, comerciantes de armas o vendedores de miedos incluidos.
Su voz, ya sin poder institucional, buena muestra del
afianzamiento de su doctrina, mantuvo predicamento los siguientes cuarenta y
cinco largos años. Su letra lo mantiene. No extraña, al fuerte le interesa
imponer la doctrina en la que prevalece la fuerza.
Un relato apócrifo cuenta que Umbral, al ser preguntado por
su favorito al Nobel de Literatura, respondió con su seco vozarrón “a
Kissinger”. Ante la estupefacción del entrevistador, alegó: “si le han dado el
de la paz, podrán entregarle el de Literatura”. Si se lo hubiera propuesto…
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