domingo, 24 de marzo de 2024

REMOS, ROMOS, RIMAS, RUMOS Y RUMAS

Remos. Instrumentos con los que, haciendo palanca en las aguas de los flancos, se propulsan las embarcaciones. También, al impulsar el vuelo de forma similar, reciben tal nombre las alas de las aves. Como podrían recibirlo, por su desempeño, los extremos de un equipo de futbol. Ni la portería que defienden se encuentra justo a sus espaldas, ni la que han de atacar se sitúa enfrente de ellos: se ven obligados a observar el juego, además de levantando, girando la cabeza. Pegaditos a la línea de cal, pudiendo acariciar el agua del exterior del campo con solo estirar el brazo, impelen el juego ofensivo del equipo lanzándose al abordaje desde esos páramos de reducida densidad de población. Cuando no parte de una decisión del entrenador, la propia realidad –Moro delicado por recién recuperado, Amath desconvocado por lesión traidora, Biuk alejado del escenario por convocatoria de la selección– se impone. Parece requerirse una conjunción astral para que el Pucela disponga a la vez de una pareja de remos.

Romos. Ante la triple imposibilidad, Pezzolano propone una alineación –¿locura?, ¿provocación?, ¿clarividencia?– desconcertante. Nadie en la previa hubiera presagiado un once similar. Sin extremos, no sustituye por jugadores de perfil similar sino que reubica. Los aficionados, perplejos, se miran unos a otros tratando de adivinar el diseño, de encontrar respuestas: ¿Tres delanteros centro?, ¿Sylla, por la banda izquierda?, ¿de qué juega Meseguer?... ¿Salazar de titular? Si alcanza el nivel, por qué tanto tiempo proscrito; si no, ¿por qué de repente ahora? A ojos vistas, la alineación no disponía de filo con el que rasgar, cuchilla con la que hender. Aparentemente podría demoler, si acaso, por presión, por aplastamiento.

Rimas. Antaño entendíamos como tal las composiciones en que coincidían las últimas letras de cada verso. Puede rimar en asonante o consonante, nos decíamos. Extendiendo el concepto, en tiempos de verso libre, se puede forzar hasta equiparar 'rima' con 'composición lírica'. El público, parte, una parte más que otra, sin rima pero con metro, declamaba 'Pezzolano, dimisión'. El resultado final, en este mundo vivimos, emborrona razones, anula análisis, entrega la razón a quien gana –aunque el resultado, más que por el planteamiento, emane de una serie de golpes de calidad individual que brotan, por definición, de cuando en cuando–. E imprime autoridad a quien lo logra para mandar callar. Al final del partido, imagino al entrenador regresando al vesturio, levantando la cabeza, retando sin retar del todo, armando una anáfora, rematando la rima bien consonante, 'Pezzolano, renovación'.

Rumos. Primeros aros con los que se aprietan las cabezas de las cubas. Arandela con que ha de aferrar su juego el Pucela si pretende que el vino no se derrame (otra vez) por falta de estructura.

Rumas. En zonas de Sudamérica se denomina así a los conjuntos de cosas puestas sin orden. La alternativa sin arandela. El vino vertido.

Ramos. Domingo de. Cuando a lo largo de una semana todo puede cambiar.


Publicado en "El Norte de Castilla" el 25-03-2024

No hay comentarios:

Publicar un comentario