Hay
días que merecen la pena. Escribo con las ojeras de una trasnochada
cada vez más infrecuente y una sonrisa resabiada de nostalgia y de
ilusión. Casi cien personas, cien locuras. Alguno ha traspasado el
Rubicón de los cuarenta, otros no llegan al peldaño de los veinte.
Risas, alegría, abrazos...encuentro. Semblanza de una excepción. Tres
lustros de reivindicación en un mismo mantel: la historia de Alternativa
Universitaria.
En
ésta época de crisis del asociacionismo, más aún del que enraíza su
referente en la utopía, la salud de A.U. es un fenómeno sociológicamente
inaudito. Si además se trata de un colectivo juvenil –quince años son
ocho generaciones distintas y enlazadas- sólo hay una explicación: han
encontrado un bote con el bálsamo de Fierabrás.
En
A.U. la juventud no es un ave de paso, ni un resabio cínico de la
adolescencia. Es un manera de afrontar la vida, una propuesta insolente
en pro de una universidad pública, abierta e inmersa en la sociedad de
la que forma parte; de una universidad encaminada a preparar personas
con capacidad crítica y que apoye a los grupos sociales que sufren
exclusión. Para la memoria colectiva quedan aquellos acuerdos del
claustro universitario apoyando a los insumisos o a los homosexuales.
Un
centro de información por el que han pasado miles de alumnos,
movilizaciones contra la subida de tasas, contra las lous o los informes
bricall que atacaban a la esencia de universidad pública, contra los
que aprovecharon su cargo para falsificar las notas hasta que fueron
condenados por ello ¿verdad señor Aroca? En la calle y en el despacho.
Horas y horas de trabajo sin perder la sonrisa. Horas de un día, de un
año y otro....
Los
libros de historia están atestados de reyes y reyezuelos, de caciques y
fotos de palacio pero los grandes cambios políticos y sociales
despuntaron del esfuerzo originario de unos pocos que supieron que
organizados podían más.
Entre
el desdén de quienes viven en un mundo del que nada se cuestionan, el
posibilismo de los que se preguntan los por qués, habita el entusiasmo
de una asociación juvenil que sueña el mundo que no es y se lanza a la
aventura de conquistarle preguntándose “¿por qué no?”. Se llama
Alternativa Universitaria y tiene las puertas abiertas.
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