sábado, 2 de febrero de 2013

EL PASILLO DEL LOCO

No fue la mejor de las conmemoraciones. En 1850, tres siglos después de la muerte del fundador, desaparece en España la Orden de San Juan de Dios. Más que una desaparición sería un cese temporal de actividad porque los frailes de otras latitudes se dolían por el vacío generado en el país en que nació la Orden. Así pues, manos a la obra. Un joven italiano, Angelo Hercules Menni, que apenas tres años antes había ingresado en la Orden y cambiado su nombre por el de Benito, fue el encargado de cimentar esa refundación a partir de 1867. Cuando el edificio tuvo, de nuevo, cierta consistencia se embarcó en otra aventura. Dado que la Orden era masculina, y hombres la mayoría de los beneficiarios, se propuso, y logró, fundar una congregación con el mismo carácter pero en femenino. Nacieron así, en 1881, las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón. Benito Menni fue canonizado y por tanto el ‘san’ debería preceder a su nombre, pero las monjas le deben tratar de tú: el hospital que regentan en Valladolid omite el título de santo. Esta misma congregación gestiona otro centro en Palencia, el San Luis, similar a tantos en que atiende a personas con enfermedad mental, discapacidad física o psíquica pero que tiene una peculiaridad: un pasillo casi tan largo como la prototípica calle mayor de la capital palentina.
A los pacientes de estos centros nunca se les tuvo demasiado respeto, al   fin y al  cabo las  enfermedades  mentales son un  misterio que nos asusta. Por eso, a quienes las padecen se les define con un término despectivo que hace las veces de cajón de sastre: loco.
También se usa la palabrita para apodar a todas las personas que se salen de la horma, uno de ellos es Marcelo Bielsa. Lo cierto es que pasa el partido yendo y viniendo por ese pequeño pasillo a pie de campo que encierra a los entrenadores. Este loco gozaría, arriba y abajo, abajo y arriba, en el pasillo del San Luis tanto como los aficionados de su equipo con este cambio de rumbo ético y estético, como nosotros espectadores de un partidazo que también iba y venía de área a área. Los aficionados visitantes (’chapeau’ por ellos salvo por algún imbécil, de los que no están exentas ni las mejores familias, empeñado en mezclar churras con merinas) homenajeaban a su entrenador con una coplilla: ‘A lo loco se vive mejor’. No les falta razón. Hace bien poco se aseveraba que la cultura del Athletic se basaba en el pelotazo (no hablo de sobres, hablo de golpeos fuertes al balón), el empuje, la garra. Bielsa lo ha volteado demostrando que los cambios a mejor siempre son bienvenidos, que cualquier paladar puede refinarse y que eso de la cultura de la tierra es una patraña. También se afirmaba que la cultura española empujaba a comprar y no a alquilar.  José Luis Arrese, ministro de vivienda, en 1957: «Queremos un país de propietarios, no de proletarios».  Así se forja la cultura, en realidad, donde decían cultura querían decir interés. Mejor vivir a lo loco. Gracias, Marcelo.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 02-02-2013

1 comentario:

  1. el loco a marcado parte de la historia de este equipo con la gran temporada del año pasado, si es cierto que le gusta el juego de toque y desmarque, pero tambien es cierto que es un entrenador que exprime al maximo a sus jugadores y esto a la larga pasa factura.....

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