No
fue la mejor de las conmemoraciones. En 1850, tres siglos después de la
muerte del fundador, desaparece en España la Orden de San Juan de Dios.
Más que una desaparición sería un cese temporal de actividad porque los
frailes de otras latitudes se dolían por el vacío generado en el país
en que nació la Orden. Así pues, manos a la obra. Un joven italiano,
Angelo Hercules Menni, que apenas tres años antes había ingresado en la
Orden y cambiado su nombre por el de Benito, fue el encargado de
cimentar esa refundación a partir de 1867. Cuando el edificio tuvo, de
nuevo, cierta consistencia se embarcó en otra aventura. Dado que la
Orden era masculina, y hombres la mayoría de los beneficiarios, se
propuso, y logró, fundar una congregación con el mismo carácter pero en
femenino. Nacieron así, en 1881, las Hermanas Hospitalarias del Sagrado
Corazón. Benito Menni fue canonizado y por tanto el ‘san’ debería
preceder a su nombre, pero las monjas le deben tratar de tú: el hospital
que regentan en Valladolid omite el título de santo. Esta misma
congregación gestiona otro centro en Palencia, el San Luis, similar a
tantos en que atiende a personas con enfermedad mental, discapacidad
física o psíquica pero que tiene una peculiaridad: un pasillo casi tan
largo como la prototípica calle mayor de la capital palentina.
También
se usa la palabrita para apodar a todas las personas que se salen de la
horma, uno de ellos es Marcelo Bielsa. Lo cierto es que pasa el partido
yendo y viniendo por ese pequeño pasillo a pie de campo que encierra a
los entrenadores. Este loco gozaría, arriba y abajo, abajo y arriba, en
el pasillo del San Luis tanto como los aficionados de su equipo con este
cambio de rumbo ético y estético, como nosotros espectadores de un
partidazo que también iba y venía de área a área. Los aficionados
visitantes (’chapeau’ por ellos salvo por algún imbécil, de los que no
están exentas ni las mejores familias, empeñado en mezclar churras con
merinas) homenajeaban a su entrenador con una coplilla: ‘A lo loco se
vive mejor’. No les falta razón. Hace bien poco se aseveraba que la
cultura del Athletic se basaba en el pelotazo (no hablo de sobres, hablo
de golpeos fuertes al balón), el empuje, la garra. Bielsa lo ha
volteado demostrando que los cambios a mejor siempre son bienvenidos,
que cualquier paladar puede refinarse y que eso de la cultura de la
tierra es una patraña. También se afirmaba que la cultura española
empujaba a comprar y no a alquilar. José Luis Arrese, ministro de
vivienda, en 1957: «Queremos un país de propietarios, no de
proletarios». Así se forja la cultura, en realidad, donde decían
cultura querían decir interés. Mejor vivir a lo loco. Gracias, Marcelo.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 02-02-2013
el loco a marcado parte de la historia de este equipo con la gran temporada del año pasado, si es cierto que le gusta el juego de toque y desmarque, pero tambien es cierto que es un entrenador que exprime al maximo a sus jugadores y esto a la larga pasa factura.....
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