jueves, 7 de abril de 2016

BISIESTOS Y ELECCIONES

Con la misma rotundidad con que Albert Einstein sentenció que solo existían dos cosas infinitas, el Universo y la estupidez humana, y que no estaba seguro de que la primera lo fuera; se puede afirmar que todos los años múltiplos de cuatro contienen el 29 de febrero y se celebrará el espectáculo de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, sin descartar que pueda no ser bisiesto. O sea, que el próximo primer martes posterior al primer lunes de noviembre, los estadounidenses tendrán el privilegio de elegir a la persona con más poder político del planeta. El mundo no será el mismo si la responsabilidad recae en Clinton, Sanders, Trump o Cruz, pónganse en el orden que se quiera. Los que no somos de allí les padeceremos sin haber tenido la posibilidad de decidir quién del cuarteto ha de ser dicha persona.
Ese día de noviembre elegirán entre dos, mientras, el año lo pasan decidiendo qué dos llegarán con vida hasta esa fecha. La lucha en cada aparato -llamarlos partidos podría llevarnos a equipararlos con los de aquí, lo que sería engañoso- se centra ahora, por tanto, en la pelea interna por la designación. Un proceso más abierto a la participación, más democrático se podría decir, que los habituales por estas tierras, pero con dos particularidades que lo ponen en entredicho: una, la citada, su poder va más allá de las fronteras propias y, por tanto, con su voto deciden por nosotros; la otra, que el candidato con más apoyos económicos suele ser el que gana (con lo que sabe lo que tiene que defender). Tal vez esta segunda condición pueda leerse al revés, quien tiene más posibilidades de vencer es quien recibe más apoyos económicos (con lo que sabe lo que tiene que defender).
Mientras tanto, Obama, que ya no puede ser elegido al llevar ocho años, escribe sus últimos versos - entre ellos está ese de quedar bien con sus satélites- y ha recitado su deseo de visitar España. Pero ha decidido que no lo hará hasta que aquí haya gobierno. Puede, a este paso, que cuando venga lo haga como turista. Mientras sabemos que en 2056 habrá elecciones presidenciales en Estados Unidos, aquí andamos con si las habrá esta primavera. El universo EEUU puede no ser infinito, pero, ya lo dijo Einstein, la política española sí lo es. 

Publicado en "El Norte de Castilla" el 07/04/2016

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