Escucho quejas porque ‘han quitado espacio al coche para ofrecérselo a las bicis’. Parece obvia la ilación: ambas cosas han ocurrido. Afinando un poco, puede que la relación no sea tal, o al menos no en ese orden. Visto así, el carril bici es una excusa. Para insertarlo, si formara parte del plan, existirían trazas alternativas. Para ocupar el espacio vacante hubiera servido un sembrado de amapolas, pero sería más caro. El empeño prioritario consistiría en limitar el uso del automóvil. Por ahí transita la dinámica de los tiempos, cada vez toleramos menos los efectos del coche: el ruido, la contaminación, la estrechez, la fealdad…; cada vez existirán más límites para el empleo de combustibles fósiles.
Este debate será uno de los ejes de la próxima campaña de
las municipales no solo en Valladolid. El pasado genera certezas porque es el
tiempo en el que hemos vivido, habrá, por tanto, quien se escude en él. Podrá servirle hasta para ganar unas
elecciones, pero errará. El futuro llegará para pasar cuentas. El inquieto
presente es molesto para presentar una alternativa, le derrota la nostalgia por
lo que fue, las expectativas por lo venidero. Al pasado no se regresa, salvo
para remendar el hoy convirtiéndolo en una caricatura. Ni es posible, ni somos
los mismos. El futuro, a su tiempo.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 14-03-2023
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