Alguna vez he llegado a pensar que Pablo Iglesias ansiaba convertirse en
un émulo de Ron Jones, aquel profesor californiano que puso en práctica en el
instituto en el que trabajaba un experimento sociológico con sus alumnos al que
denominó ‘La tercera ola’. Este experimento se convirtió en novela gracias a
Morton Rhue y de esas páginas saltó a las pantallas de la mano de Dennis
Gansel. El profesor Jones pretendió
demostrar que cualquier sociedad, por libre que se crea, nunca está del todo
vacunada frente a los totalitarismos. Jones tuvo que frenar el experimento
cuando comprobó que la cosa se le iba de las manos. Alguna vez, ya digo,
imaginaba que cualquier día Pablo Iglesias habría de tomar el micrófono para
hacernos saber que la ola Podemos era parte de un ensayo, que intentaba conocer
el reflujo que producía el verbo ganar, que la experiencia había sobrepasado
sus expectativas y que, por tanto, había llegado la hora de revelar la verdad
para dar por concluido el juego.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
jueves, 29 de diciembre de 2016
jueves, 22 de diciembre de 2016
SE ADMITEN APUESTAS
Cuando todavía hablábamos en pesetas se decía aquello de “si debes un millón a un banco tienes un problema; si le debes mil millones, el problema es del banco”. En realidad, aunque la utilizase como señuelo, el aforismo no se refería estrictamente a la banca. Venía a decir, sin más, que quien tiene cogida la sartén por el mango no se quemará ni recibirá un hipotético sartenazo. La única sentencia referida a la banca que pertenece a la categoría de axioma afirma que esta, se le deba uno o mil millones, siempre gana o, al menos, nunca pierde. Semejante logro se debe a que la banca es una maquinaria que opera con una materia prima que ni siquiera es suya: el dinero.
domingo, 18 de diciembre de 2016
RELATO INCONSISTENTE
Si ya de por sí es difícil desgranar qué es verdad y qué es mentira sobre lo que oímos en los relatos que cuentan lo que ocurre en nuestras inmediaciones, resulta misión imposible separar el grano de la paja en las espigas que brotan en territorios ajenos, lejanos y desconocidos. Más aún si el terreno en que germinan no es un campo fértil, sino el suelo pedregoso de una guerra. En estos casos, el desconocimiento real de la verdadera naturaleza de lo que ocurre, en vez de disminuir, puede aumentar conforme aumenta el caudal informativo. Es así en los aconteceres que por desgracia se han vuelto cotidianos en el territorio sirio.
jueves, 15 de diciembre de 2016
¡AY DE AQUELLAS PREVISIONES!

La realidad, al poco, vino a mostrar que en esto de los negocios, cuando
interesa, “toda la cuenta es sueño y los sueños, sueños son”. La cosa no salió,
claro, ¿quién lo iba a pensar?, los desalmados conductores prefirieron circular
por una autovía gratuita que aflojar pasta en la autopista paralela.
martes, 13 de diciembre de 2016
CANASTA DE CONCEIÇÃO
Quizá fuese el silencio más estruendoso de la historia del deporte.
El uruguayo Ghiggia, cuando comprobó que Barbosa, el portero brasileño, en su
intento de cerrar la línea de pase, había dejado al descubierto un espacio
entre él y el primer palo, golpeó virulentamente el balón que terminaría
alojándose en la red. Maracaná, 200.000 personas, que eran todo Brasil, festejando lo que a buen seguro habría de ser, súbitamente calló.
Esa máquina brasileña de hacer fútbol hubiera tenido suficiente
con un simple empate: aquel partido no era propiamente una final del mundial,
sino el último encuentro de una liguilla de cuatro, un simple formalismo previo
a la recepción de la copa de campeón. No es que lo esperado fuese la victoria, es
que el público asistió para celebrar el avasallamiento a los uruguayos. Obdulio
Varela, el ‘Negro Jefe’ de la celeste, así lo reconocía: “…si ese partido lo
jugábamos otras 99 veces las perdíamos, pero ese día nos tocó el cien”.
lunes, 12 de diciembre de 2016
BIEN, MAL Y VICEVERSA
Cuando alguien me pregunta, y no crean, de vez en cuando algún insensato se atreve, cómo se puede hacer determinada cosa, sonrío en primera instancia y respondo que hay dos maneras: bien y mal. Y remato: procura hacerlo bien. Eso sí, después de la gracieta me desdigo y el interpelador y este menda nos aventuramos en busca de la solución que dé respuesta a ese ‘cómo’. Me desdigo porque en realidad suele haber varias formas diferentes de abordar cualquier problema. Algunas lo resuelven; otras no y muchas, pues depende. Salvo los problemas estrictamente técnicos, que sí se suelen regir por un manual de instrucciones concretas que dejan claro que ‘así sí’ y ‘así no’, el resto quedan al albur de las circunstancias, las opiniones o las expectativas de cada cual. Incluso sin ser relativista, que tal no me considero, es obvio que, al margen de esas grandes declaraciones tan pomposas como vacías, no todo lo que unos catalogan como bien (o mal) merece el mismo juicio para otros. De hecho, esta inexorable disparidad de criterios es la que genera el conflicto social y, precisamente por ello, se convierte en la base de la actividad política. El Gobierno, pongamos por caso, ante unos datos que certificasen la reducción de las cifras del paro podría decir que en materia laboral está haciendo las cosas bien. El que coteje la situación de este momento confrontándola con la de hace una decena de años podrá afirmar, de la misma manera, que la merma de derechos e ingresos de los trabajadores muestra que el Gobierno lo está haciendo mal. Y hablo solo de ‘bien o mal’, no de ‘bueno o malo’que este último par depende siempre de ‘para quién’, y es harina de otro costal.
jueves, 8 de diciembre de 2016
QUE NO ES "PINÍCULA" SINO "FLIN"
Las gentes que editan el diccionario Oxford han otorgado al término ‘posverdad’ (post-truth en el original) un galardón que la reconoce como ‘la palabra internacional de 2016’. Es algo así de curioso, el premio a la novedad semántica ha recaído en un concepto que ya viene de antiguo. Quizá, y he ahí el mérito del invento, la razón del premio a este nuevo vocablo se deba a su capacidad para sintetizar lo que antes exigía un circunloquio; pero ya digo, nada nuevo bajo la capa del cielo.
Posverdad no define otra cosa que “esas situaciones en las que los hechos y las razones influyen menos en la opinión pública que las emociones o las creencias personales”. Unas situaciones que son casi todas las situaciones. Que vaya alguien, si se atreve, a intentar argumentar ante mi madre que la Virgen de los Dolores solo es una imagen de madera policromada, verá. O sea, que “toa la vida diciendo pinícula y ahora resulta que se dice flin”.
lunes, 5 de diciembre de 2016
HACERLO COMO SABEMOS
Un simple racimo de uvas podía costar una perdigonada en el culo, que así se las gastaban por estos lares contra quienes osaban acercarse a una vid ajena para saciar el terco apetito. «El miedo guarda la viña» se excusaba el escopetero cuando se le cuestionaba la desproporción entre una pequeña acción y su reacción desmedida, entre pretender un insignificante hurto y terminar la tarde igual de hambriento pero con las posaderas sangrando. De esta manera, el perdigón no se dirigía tan solo contra el asaltante; se convertía en un mensaje lanzado a toda la población. Era, en el lenguaje geopolítico de este siglo, una guerra preventiva que convertía las nalgas del ladronzuelo en simples daños colaterales. El objeto de aquel pequeño proyectil consistía en dibujar un miedo genérico para convertirle en celoso guardián de las fincas. Así las cosas, la trayectoria de este miedo siempre caminaba de arriba hacia abajo: nunca guardó la viña el temor del dueño, que ninguno tenía, sino el que se pretende infundir en los potenciales raterillos. Se trataba, pues, del miedo generado por los ricos para trazar la línea, para ahuyentar a los pobres.
jueves, 1 de diciembre de 2016
INCORRECCIONES POLÍTICAS
Hay expresiones que, sin saber por qué, de repente, hacen fortuna y pasan de apenas ser utilizadas a aparecer en cualquier conversación. Algunas de ellas, además, se revisten de un halo de prestigio de forma tal que sirve a quienes las utilizan para alabarse a sí mismo. La penúltima de estas coletillas consiste en jalonar cualquier barbaridad que se ha dicho apelando a que “soy políticamente incorrecto”. Con eso, al parecer, el autor de la ocurrencia se pretende cubrir con un marchamo de prestigio frente al resto que, también al parecer, se limita a repetir consignas escuchadas por ahí.
domingo, 27 de noviembre de 2016
COMO UN CONEJO

miércoles, 23 de noviembre de 2016
CUANDO EL RELATO NO VALE
Hace años, en las vallas publicitarias de nuestras ciudades se exhibían
una serie de cartelones de una compañía de bebidas alcohólicas. En cada uno de
ellos aparecía escrita, junto a la imagen de diversos rostros reconocidos, una
frase de esas anodinas, pero cuyo efecto inmediato traslada la sensación de canto
a la libertad individual, a la autoafirmación de cada cual. La mirada
penetrante de un Tarantino, por ejemplo, al lado de un “Escribo mis propios
guiones”. La campaña publicitaria se completaba, entre otras cosas, con el
reparto de camisetas con un lema que venía a decir que el portador de dicha
prenda era un tipo auténtico, genuino, distinto de ese magma formado por una
masa homogénea de seres iguales, por replicantes. Había, eso sí, miles de esas
camisetas iguales; miles de personas haciendo un canto a su mismidad pero
vestidos de la misma forma.
El principal éxito de los poderes económicos en esta sociedad de masas
consiste precisamente en haber conseguido cuadrar esa circunferencia:
convertirnos en iguales y, a la vez, hacernos sentir diferentes. En el terreno
comercial, la publicidad ha sido el principal instrumento. A poco que nos
fijemos, podemos observar que los anuncios cada vez más se mueven en esta
línea: a la vez que pretenden que haya millones de personas que adquieran los
productos indicados, intentan que cada uno de ellos se sienta especial por
haberlo adquirido.
En el terreno del pensamiento, la cosa no es muy diferente. Los medios de
comunicación, sobre todo los audiovisuales, son la única relación de buena
parte de nuestros convecinos con la realidad. De esta manera, la agenda
informativa, la relevancia de unos hechos frente a otros, viene marcada desde
fuera. Los ojos por los que vemos la realidad, aunque creamos que son los
propios, son ajenos. Incluso el bosquejo argumental con el que nos vamos
apañando nos viene dado. Pensamos que existe recuperación si lo repiten una y
otra vez, si muestran a discreción los gráficos o índices que mejor se adecuan
al hecho del que se nos quiere convencer. Datos que muestran, pero no explican.
El problema llega cuando el abuso es tal que la realidad del día a día se
enfrenta a la imagen mostrada. Se termina por no creer en nada. Surge la
desafección en masa, se abona el terreno para que crezcan los Le Pen, o engorden
los Trump. Y lo hacen escudándose en lo políticamente incorrecto. Materia esta
para el próximo jueves.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 24-11-2016
sábado, 19 de noviembre de 2016
ESTUDIOS SATURNALES
Hemos conocido un estudio sobre la atmósfera de Saturno. ¡Qué estupidez –se oye decir–, con la de problemas serios a los que podrían dedicar el tiempo y el dinero! ¡Ya! –responden los científicos–, pero ahora podemos disponer de un material que nos permite conocer las dinámicas que se producen en la atmósfera terrestre, el cambio climático, por ejemplo. Cualquier conocimiento parte de la observación, pero para abordarlo en profundidad son necesarias las sistematizaciones teóricas y experimentales. Sin ellas, podemos ver cómo cae una manzana pero no entenderemos por qué. Es frecuente que los contemporáneos de los científicos, en vez de verlos como adelantados a su época, les traten como ‘taraos’, muy listos, eso sí, que pierden el tiempo en chorradas.
jueves, 17 de noviembre de 2016
ES DE SENTIDO COMÚN
En nuestro cerebro se va instalando, de la misma manera que un programa
informático en un disco duro, una lógica de pensamiento que es capaz de
proporcionar respuestas inmediatas a las preguntas que la realidad nos realiza.
En algunos casos nos sirve para sobrevivir, en otros para interpretar la
complejidad del mundo con media docena de patrones. Pero estas ‘lógicas’ no son
inmutables ni inocentes. Lo primero es una obviedad, lo que ahora vemos como
natural, antaño fue un anatema y viceversa. Lo segundo, a poco que lo pensemos,
también es evidente: dado que a la construcción de esta ‘aplicación’ que bien
se puede llamar ‘sentido común’ contribuyen buena parte de los factores que,
como el aire, nos rodean; quienes tienen capacidad para influir en nuestras
vidas intentarán que sus mensajes nos calen hasta los huesos para que
respondamos de la manera que mejor les conviene.
sábado, 12 de noviembre de 2016
OBITUVARIOS
Si el argumento lo hubiese escrito Francisco Nieva no sabríamos en qué categoría -entre las que el propio autor dividió sus trabajos- encuadrar la obra. Podríamos pensar en catalogarla como ‘Teatro furioso’ por aquello del arranque del rival; pero dado que apenas hubo rapidez, ni sorpresa, ni pudimos encontrar un ápice de sátira o ironía, este estante queda descartado. Lo intentamos en el vasar del ‘Teatro de farsa y calamidad’ por aquello del resultado; pero no encontramos ninguna trama compleja, ni un poco de intriga, ni hubo personajes que vistiesen la capa del héroe romántico. El partido careció de sustancia suficiente para que el dramaturgo castellano-manchego la hubiera subido a las tablas.
jueves, 10 de noviembre de 2016
NO ES TRUMP, ES EL DESAMPARO
De momento, al menos de momento, los miedos que despierta el nuevo
‘Master del Universo’ son excesivos. Al fin y a la postre, los poderes de los
presidentes de los USA vienen limitados por un sistema que constriñe y una
estructura que impone. Trump no será una excepción a esta norma. El sistema
sirve como cortafuegos para cualquiera que pretenda salirse por la tangente,
permite al primer mandatario tomar decisiones siempre y cuando no sobrepasen
las líneas prefijadas. La estructura mediática y económica, valga la
redundancia, pendiente de unas cuentas de resultados que no está dispuesta a
dejar al albur de las ocurrencias del presidente, aprieta o afloja en función
de sus conveniencias.
lunes, 7 de noviembre de 2016
ALBERT CAMUS Y LA VIDA...

Hoy se cumplen 103 años desde que naciera Albert Camus. Él escribió la frase que ilustra este texto. Muchas veces me han preguntado que por qué me gusta tanto el fútbol, otras tantas me han dicho que el fútbol sirve para alienar a la sociedad (una especie de opio del pueblo). En esta frase está la respuesta....porque todo eso que ocurre en la vida lo veo mimetizado en un terreno de juego y ver fútbol, analizar lo que acontece en el rectángulo y en el entorno, por tanto, me ayuda a comprender mejor al ser humano. No es sorprendente, claro, que el propio Camus, el mismo que escribió esta frase, escribiese también que "todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol" entre otras cosas porque “pronto aprendí que el balón nunca viene hacia uno por donde uno espera que venga. Eso me sirvió mucho en la vida”.
domingo, 6 de noviembre de 2016
UNA FOTO SINCERA-SINCERA
Faltan apenas dos días para que en el calendario se tache la casilla del primer martes posterior al primer lunes de noviembre. Cuando esta circunstancia, como sucede ahora, coincide con un año múltiplo de cuatro, nos ofrece el espectáculo de la elección de la persona que dispondrá durante los cuatro años posteriores del mayor poder en el mundo. Los estadounidenses terminarán determinando si en este caso el cotarro caerá en las manos de Hillary Clinton o en las de Donald Trump. La pelea casi nos retrotrae a aquellos tiempos en los que fue muriendo el ‘Ancien Régime’, un siglo largo en el que la burguesía fue socavando los cimientos de una sociedad dominada aún por la aristocracia posfeudal. En este juego, Clinton asume el papel de icono del ‘viejo orden’. Ella, más que nadie, representa, como se decía por estos pagos, la genuina imagen de las fuerzas vivas. Trump, por el contrario, representa la lucha contra ese orden. Suena paradójico que una de las personas con más poder económico del país pueda ser vista como un ‘outsider’. Sin embargo, por sus planteamientos y las formas de exponerlos, así es. El ultramillonario se ha erigido en el portavoz de los descontentos con el poder de lo que ellos llaman despectivamente ‘Washintong’. ¿Cómo? Diciendo lo que muchos quieren oír, atacando lo que muchos quieren atacar y lanzando exabruptos de la misma manera con que muchos querrían dar un corte de mangas a esa élite. Cada vez que Trump abre la boquita y se arranca con cualquier coz machista, racista o similar, los analistas certifican su muerte. Al poco, resurge en las encuestas descolocando a los opinólogos oficiales. Estos aún no han detectado que buena parte de la población siente que ha perdido el abrigo en medio de tanta fruslería que suena a recauchutada. La apariencia estudiada, las palabras medidas, los debates prefabricados huelen a alcanfor.
jueves, 3 de noviembre de 2016
NO LES HACE FALTA
Al final resulta que la socialdemocracia era eso, algo parecido a una
póliza de seguro que cubría a los dueños del capital del riesgo cierto de
explosión social. Durante decenios, en Europa Occidental se nos vendió este
modelo como el resultado de un consenso social, como el mejor de los sistemas
posibles, el único que hermanaba los intereses de los dueños de las grandes
compañías con el de sus trabajadores. Los primeros aceptaban una serie de
condiciones que permitían a los segundos el desarrollo de una vida digna.
Aquellos seguían acumulando y estos vivían razonablemente bien, condición sine
qua non para que el estallido social no se produjese. Una especie de Arcadia en
la que todo el mundo tenía su asiento de felicidad.
Hubo factores externos que contribuyeron a mantener vigente la póliza: de
un lado, el miedo cerval al demonio rojo del este; de otro, la posibilidad de
proveerse de recursos materiales en lo que se llamaba tercer mundo. Nadie, casi
nadie, se preguntaba el porqué. Estado del bienestar, lo llamaron. Se estaba
bien, buena gana. En estas condiciones, los estados cumplieron su papel. Los
partidos de base socialdemócrata implantaban sus políticas y los conservadores
no encontraban manera de vencer electoralmente si no era asumiendo los
principios de su rival.
domingo, 30 de octubre de 2016
EN UN CLARO DEL BOSQUE
Una
tarde, un grupo de pequeños
animalillos de diversas especies se reunió en un claro del bosque.
Llevaban tiempo preocupados por su supervivencia y decidieron compartir
temores y tomar medidas. Días antes, habían resuelto crear una escuela
para mejorar los conocimientos y capacidades de
todos ellos. Ahora tocaba acordar el plan de estudios y a ello se
pusieron. La ardilla tomó la palabra y propuso la escalada como
asignatura obligatoria pues a ella le era muy útil para procurarse
alimento y huir de los depredadores. Sería conveniente –prosiguió–
que los demás conocieseis los entresijos de este arte. El resto
aplaudió la propuesta. ¿Se apueba, por tanto? –preguntó el papagayo–.
No hubo votos en contra. Tomó entonces la palabra la alondra. Bien
vendría a todos saber volar, dijo. Es la manera más rápida
de desplazarse. Además, aunque haya alguna ave carnívora de la que
protegerse, estaríais a salvo de la mayoría de esos animales que están
deseando convertiros en su su pitanza. La propuesta fue igualmente
aplaudida y quedó aprobada la incorporación del vuelo
como materia curricular. En estas, el conejo expuso que, aunque sea
considerado algo propio de cobardes, correr y hacerlo deprisa es otro
gran recurso cuando de salvar la vida se trata. La carrera debía ser, de
la misma forma, materia obligatoria en el plan
de estudios. Aplaudieron de nuevo y de nuevo aprobaron la propuesta. El
barbo, que seguía el curso de la asamblea desde un manso riachuelo que
atravesaba el claro, glosó las ventajas de nadar. No hubo tampoco
incoveniente en incorporar el nado al listado de
materias. El día que empezaron las clases, el conejo fue adiestrado por
la ardilla y al final del día, a duras penas, consiguió subir al árbol.
Fue turno de la alondra que le explicó las nociones básicas del vuelo.
El conejo saltó de la rama, batió las cuatro
patas y hasta las orejas, pero por todo logro solo consiguió estamparse
contra el suelo con nefastas consecuencias. El día del funeral
decidieron clausurar la iniciativa.
jueves, 27 de octubre de 2016
PARIERON LOS MONTES
No consta que el viejo Esopo visitase alguna vez estos territorios de la
península Ibérica ni que tuviese dotes de adivino pero, a pesar de ello, fue
capaz de resumir en una breve fábula todo un año de la política española: después de atronar
asustando al personal, los montes se abrieron para parir un ridículo ratón. Tras meses de cambios, cambios del cambio y recambios, hemos vuelto al mismo
punto en que lo dejamos. Todo el viaje nos ha llevado de Mariano Rajoy
presidente a presidente Mariano Rajoy. Conocemos especies de animales que se
desplazan andando, corriendo, nadando, reptando, arrastrándose o volando; pero
lo de este hombre es inaudito: es el único ser que se desplaza permaneciendo
quieto. Mientras los demás iban haciendo el ridículo por separado o todos a la
vez, el gallego reforzaba sus posiciones a la par que, supongo, aplaudía a
rabiar ante la tragicomedia que se representaba. Quienes piensan que su
victoria ha sido pírrica se equivocan. Además de vencer en la batalla se ha llevado
por delante a todos sus rivales. Todos y cada uno de ellos están ahora peor que
hace doce meses. Él, por el contrario, ha utilizado el año para que la sociedad
deglutiese toda la ponzoña acumulada por su partido a lo largo de varios
decenios como si nada hubiera pasado; para que dejase de marcar el acento en
las políticas llevadas a cabo por el PP durante su cuatrienio de gobierno y se entretuviese
con los dimes y diretes del vodevil que han representado esos ‘aspirantes a
algo’ que se han quedado en nada.
lunes, 24 de octubre de 2016
MOHÍN POR NO HABERLO VISTO
Aún era pronto, la comida estaba hecha y a las dos de la tarde de
cualquier domingo la vida rebosa en las
calles de la Victoria. Es cierto que menos que antes porque los barrios, al
igual que las personas, envejecen irremisiblemente. Quienes, cuando llegué hace
un cuarto de siglo, año más, año menos, caminaban henchidos dando la mano a sus
vástagos, se apoyan ahora en un bastón. Aquella muchachada, buena parte, ha
tenido –burbuja mediante- que comenzar su vida adulta en los pueblos del alfoz,
cuando no más lejos o mucho más lejos. Niños aún se ven, claro, pero muchos
menos. El barrio envejece pero no pierde, al menos mientras las piernas
aguanten, la buena costumbre de salir a la calle.
jueves, 20 de octubre de 2016
OJOS QUE NO VEN, CIE QUE NO EXISTE
Las cuarenta personas que asomaron la cabeza desde el CIE de Aluche consiguieron,
no sé si a su pesar, protagonismo por un rato. Mañana, lo que ayer ocurrió,
devorado por otras historias, se habrá convertido en historia. Han conseguido, sin
embargo, que, aunque solo haya sido por un rato y no fuese ese su objetivo, el
grito haya tenido altavoces. En los CIEs españoles, esas cárceles que no son
cárceles, se amontonan miles de personas, que por no ser no figuran en sitio
alguno como personas, por el único delito de no haber cometido ninguno. Allí
esperan a que se les repatríe aunque no tengan patria para que todo vuelva a
ser como si su odisea para llegar a donde pensaban que podrían comenzar una
vida que se pueda llamar vida nunca hubiera sido. Borrón y cuenta nueva. Su
existencia responde, sin más, a la política basada en el “ojos que no ven,
corazón que no siente”. Los CIEs existen, pero casi nadie conoce su existencia,
lo que es una buena base para que nadie sepa lo que ocurre dentro: unas situaciones de hacinamiento y malas condiciones -denunciadas por diversos
organismos no solo españoles-; que, además, fomentan situaciones de
riesgo incluso para el propio personal que allí trabaja.
lunes, 17 de octubre de 2016
MOYANO Y LA PREPOLÍTICA
Respiramos sin querer. A partir de ahí, casi todas las cosas que hacemos o dejamos de hacer parten de una decisión previa que habremos tomado. Podemos decir que no es tan así, que no nos queda mucho margen para poder elegir. Es un debate, ciertamente; aunque en nuestras sociedades, incluso esa mayoría que está supeditada a unas realidades que imponen determinados tipos de conducta, siempre existe un camino, por arduo que sea, por caro que cueste el peaje, que comienza en nuestra decisión. De esa libertad puesta en conflicto con las demás surge la necesidad de la política en una sociedad. Una política que es como lo que se ve de cualquier edificio, de cualquier árbol: una imagen que se sostiene como imagen; pero que, en la realidad, sin cimientos o raíces no aguantaría las lluvias de la primavera más seca, el viento del otoño más calmado. La política, la pobre política, de la misma manera, se desmorona cuando llegan las vacas flacas si la planta no ha agarrado en fuertes asientos prepolíticos, esos que permiten que la política sea posible y se sostenga. Si esta es la pugna de las diferencias, aquella apunta a las condiciones iniciales, a las bases comunes aceptadas antes de comenzar la partida: el reconocimiento previo de la divergencia y unos principios éticos socialmente compartidos. Cuando esto cruje, el árbol, la casa, caen y toca volver al principio. Así estamos, en esta España de la crisis interminable la información no se hace eco de avatares políticos sino de constataciones de que la raíz prepolítica se secó; no se plantean diferentes modelos, se confirma que el pacto previo se rompió y toca volver a cimentar con el hormigón de, por ejemplo, la honradez. No es que se haya roto ahora, ahora es cuando nos hemos dado cuenta. Ha sido así de paradójico: cuando la cosa parecía ir bien, (casi) nadie se fijaba en los cimientos. En las malas, al ver la casa demolida, la política pasó de no preocupar a molestar.
jueves, 13 de octubre de 2016
Y UN SEÑOR DE MURCIA
Cuentan que uno de los daños colaterales que produce el uso de internet consiste en el aumento de la zozobra derivada de los problemas de salud. Vamos, que antaño, si te dolía algo, ibas al médico, este te decía que tenías unas paperas, hacía las recomendaciones pertinentes, te recetaba lo que fuese, comprabas el medicamento en la farmacia, te lo tomabas en casa, hacías caso de sus consejos y aquí paz y después gloria. Pero ya no. Ahora la red de redes puede, en algunos casos, suplantar al médico; en otros, corregir el diagnóstico o el tratamiento.
domingo, 9 de octubre de 2016
LUNARES EN LA CAMISA
Tengo que reconocerlo: mi madre, en lo relacionado con la indumentaria con que pueda acudir a cualquiera de los saraos de la BBC, no se fía un pelo de mí. O mejor, no es que no se fíe, es que en ese sentido me conoce más de la cuenta, es demasiado consciente de que –por suavizarlo con un eufemismo– no me preocupo demasiado y trata de poner remedio de antemano. Antes, me llamaba alguna que otra vez a lo largo de la semana previa para preguntarme, nunca le convencieron mis respuestas y, por lo visto, tampoco mis vestimentas. Por más que me esforzara, no es que me importase en demasía, simplemente pretendía despreocuparle para que disfrutase del evento, ella siempre encontraba algún algo que le descuadraba: que si no está muy bien planchada, que si cómo la has lavado para que esté así, que si es una camisa vieja, que si no pega con los pantalones... Total, que cambió de estrategia. Decidió comprarme una que le gustase y mantenerla bajo su custodia. De esta forma, evitaba el avejentamiento de la camisa por usos indebidos, garantizaba que cumpliese con sus estándares de presentación y permitía que siempre, llegado el momento, estuviera oportunamente dispuesta. Sí, tengo que reconocerlo, mi madre me guarda una camisa nueva y de buen ver en un armario de la casa de Rasueros. Una camisa que ella conserva como oro en paño y que, faltaría más, no permite que traiga a Valladolid. Eso sí, en cuanto aparezco por allí con motivo de un bautizo, una boda o una comunión, ella saca la camisa de su arca y, por supuesto sin preguntar, me dice:«Toma». Y yo, por supuesto sin contestar, tomo.
jueves, 6 de octubre de 2016
EL FACTOR HUMANO
Parece ser, así es la información que se transmite; así, el nudo de cualquier conversación sobre el asunto, que las organizaciones políticas son entes homogéneos, maquinarias puestas a disposición de un objetivo. Todo lo más, cuando la maquinaria gripa, somos capaces de vislumbrar una especie de mitosis de la que surgen dos mecanismos (igualmente homogéneos que la célula madre). A veces, sin embargo, ¡vaya usted a saber!, todo es más simple o más complejo: estas organizaciones caminan por el sendero que marca el factor humano de sus componentes y los seísmos internos se producen cuando los culos temen que las sillas se escapen.
Los odios y las ambiciones personales pueden más que las razones. Pedro Sánchez accedió a la secretaría general del PSOE no por ser sino por no ser. La balanza del voto se inclina con más frecuencia hacia el lado que evita lo que no deseo que para el que se produzca lo que quiero. No es nuevo, en su día, el mérito del propio Zapatero fue no ser José Bono, Matilde Fernández o, por supuesto, Rosa Díez.
lunes, 3 de octubre de 2016
ARCO IRIS DE BURDOS ERRORES
En 2002, un cantante rosarino medio afincado en España publicó un disco titulado ‘Coti’ en el que el propio autor, en aquel momento casi un desconocido, interpretaba mano a mano con el ya renombrado Andrés Calamaro un tema titulado ‘Nada fue un error’. Con el pasar del tiempo, además, hemos podido escuchar esta misma canción con otras voces como las de Julieta Venegas o Paulina Rubio. Coti, el título del disco, hace referencia al apodo del propio cantante, que no es cosa comercial esto de ir por ahí haciendo carteles en los que bajo la foto apareciera un ‘Roberto Fidel Ernesto Sorokin’. Oyendo la canción podemos escuchar que ‘los errores no se eligen para bien o para mal’. Una frase que suena bien, que queda bonita, pero que no dice más que algo de perogrullo: los errores no se eligen, llegan. Aunque para llegar tengan miles de caminos que no hubiésemos visto en el mapa. Esos errores que aparecen en cada página de nuestra vida pueden ser catalogados bajo varios epígrafes. Unos pueden ser de estrategia, otros de ejecución; unos forzados por las circunstancias, otros por falta de pericia o atención; incluso, se pueden cuantificar y cualificar: las Matemáticas estudian el error desde su perspectiva absoluta –la diferencia entre lo que se mide y lo que es– y relativa – la relación entre ese error absoluto y la medida real–. De qué tipo de error estemos hablando dependen las distintas formas de abordarlo, los distintos análisis y, por tanto, las distintas maneras de evitar que en el futuro se puedan repetir.
domingo, 25 de septiembre de 2016
APENAS HILVANADO
–Buenas tardes. Dijo con un volumen de voz lo suficientemente alto para que le pudieran escuchar en el resto de dependencias. Ninguna voz le respondió. Tras dudar un instante, decidió entrar y esperar en el propio taller la llegada del sastre. No tardó en localizar una silla en la que acomodarse. Desde allí estuvo observando cada detalle: los rollos de tela que se apilaban al fondo, un buen puñado de patrones amontonados en la mesa que quedaba al lado y cinco maniquíes inmóviles y perfectamente alineados como cinco soldados delante del sargento, como cinco alumnos de bachillerato recibiendo una reprimenda del jefe de estudios. Los cinco iban vestidos de traje. Nuestro protagonista se levantó, se acercó a ellos y pudo observar que de cada uno colgaba una etiqueta en la que figuraba un nombre. A la cuarta dio con el suyo. Se separó un par de metros para observar con cierta distancia y le gustó lo que vio. El traje le pareció precioso, el corte se ajustaba a lo que había solicitado... Sonrió.
miércoles, 21 de septiembre de 2016
EL RESULTADO MIENTE
Será porque he sobrevivido muchos años gracias a las clases particulares y eso me ha permitido implicarme con un buen puñado de chicas y chicos que, pese a su buena actitud, no conseguían por momentos superar esa maldita frontera del cinco; aunque también, claro, ¡qué remedio!, con otros cuyo interés por saltar esa valla era menos del justo. Será porque llevo una decena de años disfrutando de partidos de fútbol de unos niños (en este caso pocas niñas), entre los que se encontraba mi hijo, que durante este transcurso se han ido convirtiendo en incipientes adultos y eso me ha llevado a aprender a convivir con (muchas) más derrotas que victorias y valorar, por tanto, el aprendizaje, el proceso y el progreso, por encima del resultado; aunque, también, he visto criaturas, entrenadores y padres a los que le valía cualquier cosa por ganar. Será porque nunca he ganado a nada, porque siempre simpaticé con los distintos bandos en los que se alistaban los perdedores, porque valoré más el ‘cómo’ que el ‘qué’, lo cierto es que puedo considerar rara la vez en que los resultados me hayan servido para hacer una lectura. Estos dígitos últimos son los que son, definitivos, inexcusables; valen para lo que valen, para resolver un litigio; pero, por sí solos, ni dan ni quitan razones.
domingo, 18 de septiembre de 2016
EL FUSIBLE Y EL CIRCUITO
Las respuestas a los «¿qué ha ocurrido para que esto haya terminado así?» suelen limitarse al alicorto estudio de los últimos acontecimientos, al apunte del postrer error que ha servido como elemento detonador que ha permitido que todo salte. Con estos diagnósticos se pretende encontrar el fusible quemado sin cuestionar qué ha producido el incremento de tensión en el circuito, buscar un culpable obviando las razones que condujeron a tal tesitura. No está de más este tipo de estudios, pero han de venir de la mano de otros que abunden en el recorrido para llegar hasta ese punto previo. Si analizamos, por ejemplo, los hechos que están propiciando que avancemos hacia un año completo sin que nuestros parlamentarios hayan sido capaces de formar un gobierno, podemos caer en esta trampa: la de buscar un culpable inmediato y visible. De esta forma se resuelve el asunto de un plumazo. Para unos, los culpables serán los otros; para los otros, serán los unos y para el resto, serán todos los políticos por ser incapaces de ponerse de acuerdo. Unos, otros y los demás tendrán parte de razón, pero a todos les faltaría ese «ir más allá», esas razones que han producido la subida de tensión. En este caso, existen al menos dos factores que han propiciado este «llegar hasta aquí». Por un lado, el modelo electoral que, hijo de la transición, está diseñado para habilitar un bipartidismo, para la coexistencia de dos organizaciones. La aparición de dos nuevas produce el colapso, el nuestro no es un diseño eficaz para cuatro. Por otro, las razones que llevan a la gente a acercarse a la urna no son, en muchos casos, para que gobierne la opción elegida, sino para que no lo hagan las demás. Es aquello de votar con la nariz tapada, de las apelaciones al miedo. Esto lleva a que ninguna organización esté en disposición de pactar con nadie, al entender que sus votantes pueden sentirse traicionados.
domingo, 11 de septiembre de 2016
EL ADOLESCENTE CRECERÁ
Rara es la generación que no haya mirado hacia las que le suceden con cierto recelo, desconfianza o, incluso, un desprecio manifiesto. Son recurrentes las frases del cariz de ‘los jóvenes de hoy en día son unos irresponsables; nosotros, a su edad, ya éramos capaces de…’. De nosotros lo dijeron nuestros padres; de estos, nuestros abuelos; de Felipe II, Carlos I y así podríamos remontarnos hasta el principio de los tiempos. La nuestra, la de las madres y padres de hoy, no es distinta de todas las anteriores, no se puede excluir de esta espiral de reproches: que si no se separan del ordenador o de la tele, que si pasan el día pegados al móvil, que si no estudian, que si salen o visten así o asao… En el fondo de estas críticas subyace básicamente el doble miedo a lo desconocido -y nada más desconocido que el futuro- y al fracaso en nuestra labor transmisora. Tememos que nuestros hijos, que hasta hace cuatro días eran unos dóciles animales domésticos perfectamente manejables, habiendo llegado el momento en que se ven abocados a tomar decisiones por su cuenta, yerren, destrocen su vida y, con ella, la nuestra. Es irremediable, nos da miedo, por ejemplo, que beban. Vamos, cómo si ellos hubieran inventado algo tan demoníaco como el ron o el güiski. ¡Qué voy a decir, si a mí, que no he dejado de dar pedales a lo largo de los treinta años que llevo en Valladolid, me da pánico la imagen de mi hijo yendo en bicicleta rodeado de coches por las calles de la ciudad!
Tememos también, aunque digamos lo contrario, que se salgan de ese camino que en nuestras mentes establecimos en su día. Nos negamos a asumir la posibilidad de que surja algo tan irremediable como el fracaso. Tal vez por ser la primera generación que se educó en un marco de abundancia, no entendemos el tropiezo como parte del ciclo vital del aprendizaje y, de esta forma, hemos exacerbado una cierta intolerancia a la frustración.
domingo, 4 de septiembre de 2016
EFECTO SUÁREZ
Los escasos 55 kms. de carretera que separan la vallisoletana Medina del Campo de la salmantina Peñaranda de Bracamonte se reparten casi equitativamente entre tres provincias distintas: la de origen, la de destino y Ávila, que queda en medio de ambas. Con el mismo criterio de justicia, la media docena de pueblos intermedios por los que discurre la vía se distribuyen con el mismo criterio: dos para cada provincia. Antaño, el mantenimiento de la carretera dependía de tres diputaciones que tenían la costumbre de no ponerse de acuerdo nunca. Cuando un trozo se arreglaba, resaltaba frente a los otros dos más agrietados. De esta manera, la carretera de marras era una y trina como la Santísima Trinidad: aunque solo hubiese un camino posible, este existía como tres hipóstasis diferentes. Ocurrió, al poco de que el abulense Adolfo Suárez ocupase la presidencia del Gobierno, que el arreglo correspondió al tramo de esta provincia. La nueva capa de asfalto fue de tal cariz que sobresalía varios cms. sobre el firme de los otros dos trechos. De esta forma, cuando un coche entraba o salía de Ávila, lo hacía dando un respingo. La muchachada de unos de estos pueblos, dando a entender el auspicio del presidente en las cosas de su terruño, bautizó este bote de los coches como «efecto Suárez». Hoy, tal efecto ya no existe. La calzada ha asumido las doctrinas del arrianismo, ya no son tres tramos sino una sola carretera: la CL-610 que pertenece a la red básica de la Junta. Bien está que se manifieste en tres provincias pero la vía completa goza de un mismo tratamiento.
miércoles, 31 de agosto de 2016
CÓMO HEMOS CAMBIADO
Dejar de fumar, aprender inglés, subir a Primera; todos los inicios de
ciclo son aparentemente iguales, se nutren de ilusiones y arrastran una sarta
de buenos propósitos que, por algún motivo, dejamos pendientes en el curso
anterior y el anterior... Pero solo aparentemente.
Nuestras sociedades tienden cada vez más a analizar, a valorar, en
función de los resultados, olvidando voluntariamente el cómo se ha llegado a
tal conclusión. Se entiende por bueno lo que bien acaba y, a partir de dicho
fin, se santifica o estigmatiza el camino recorrido. Se nos muestra al
triunfador ensalzando sus cualidades, relatando sus historias, sin explicar que
muchas similares nunca llegaron a buen puerto. Sabremos, por ejemplo, de un
senegalés - uno- que triunfa en el cine, el fútbol o la música; escucharemos el
relato de las peripecias vividas; se ensalzará su valor, su arrojo, para dejar
su tierra de origen y emprender tan arriesgado viaje. Nadie hablará, sin
embargo, de los que pretendieron labrarse un camino similar -multitud- y que
fueron engullidos por las aguas. No tendremos idea, siquiera, de cuántos
son.
miércoles, 3 de agosto de 2016
FIRMAD AQUÍ SI…
Tras el entierro de mi abuela Jacinta fuimos a su casa del pueblo. La
tarde anterior, como todas, había terminado las faenas del piso de Madrid donde
vivía con sus hijas. Cuando estas llegaron, mi abuela, 93 años, dijo que se
sentía un poco mareada. Se sentó en el sofá y expiró. Ahora, las lágrimas
asaltaban los rostros. Algunos se sentaron disponiendo la cara entre las manos,
otros deambulaban de la cocina al salón, del salón a la cocina. Me levanté, me
acerqué a la camilla y sobre ella coloqué un bolígrafo y un papel. Firmad aquí
-dije- quienes queráis una vida y una muerte como la de la abuela. Una vida
larga, con sinsabores como no puede ser de otra forma si es vida -y más si es
larga- pero plena, un legado que recordaremos. Una muerte dulce, por sorpresa,
en pleno uso de sus facultades físicas y mentales; una muerte venida en un
momento en el que, aun pudiendo haber sido un poco más tarde, no se le puede
decir temprana. Irguieron la cabeza, afloró alguna sonrisa, todos queríamos. Natural.
viernes, 22 de julio de 2016
UNA “PEQUEÑA” HISTORIA DE VALLADOLID
La Historia, así, en singular y con mayúscula, no existe. Lo que llamamos ‘Historia’ no es sino el relato de grandes hechos secuenciados bajo el que se esconden miles de esas historias que se escriben con minúscula. Personas, lugares, momentos -miles de diminutos hilos que se entrelazan, que nacen y mueren- que en su viaje acompasan sus pasos a la vida del entorno en que se desarrollan. Una de estas historias, la de la churrería ‘La Pequeña’ que luego fue mesón, tras más de sesenta años, imprime hoy su punto final.
Estamos en el Valladolid de mediados de los cincuenta del siglo pasado. La FASA acababa de establecerse, otras industrias estaban aún por llegar para modificar abruptamente el mapa de una ciudad que en unos pocos años habría de duplicar su población. En aquel bullicioso 1955, un joven, Rafa Nieto San José, auspiciado por su primo Argimiro, decide abrir una churrería en un local al otro lado del Puente Mayor, pegado a la carretera que une Salamanca con Burgos, Francia con Portugal. El local era tan chico, apenas 25 metros cuadrados, que la churrería no podía tener otro sobrenombre: La Pequeña. El recinto se convirtió en punto de encuentro de camioneros, unos que iban, otros que venían; en el lugar en el que se reunían mozos buscando un jornal cargando o descargando esos mismos camiones; en el café y el orujo de aquellos obreros –sí, entonces decirse obrero no sonaba peyorativo- para ponerse a tono antes de acudir a la fábrica. Tal era el valor como referencia del local que la parada del autobús de la compañía que cubre la línea Valladolid-Palencia tomó su nombre y aun hoy lo lleva: Estación, Plaza Poniente, La Pequeña...
jueves, 30 de junio de 2016
LA DEFENSA DEL ‘LIMES’
Desde mi última visita a esta esquina ha pasado una semana, siete días en
que ha habido tiempo suficiente para cerrar puertas y abrir ventanas. Tanto el
referéndum británico como las elecciones españolas han sorprendido a los
quinielistas de la política, a esos que mirando estadísticas aventuran los
resultados de los partidos antes de que se jueguen. Tanto el uno como las otras
han cerrado puertas -estas son las cartas que hay- y han abierto ventanas: las
de atrás para que penetre algún rayo de luz pueda explicar lo que ha ocurrido,
las de adelante para dejar un resquicio por donde mostrar lo que se avecina.
jueves, 23 de junio de 2016
CUANDO HAY A QUIEN LE VA PEOR
En una de estas salidas que le caracterizaban, Alfonso Guerra
justificaba, allá por los primeros noventa, la pérdida de votos de su partido como
una muestra de su éxito. Más o menos, que lo habían hecho tan bien que hasta
los pobres, ya con su casa y su coche, se sentían ricos y que, como si fueran
perros de Pavlov, el sonido de ‘su’ timbre o de ‘su’ claxon les estimulaba no
sé qué glándulas que les hacía salivar hacia la derecha. Vamos, que según el
insigne ‘descamisao’ nadie propugna un modelo económico redistributivo salvo
que se beneficie de dicha redistribución. Una segunda lectura, aún más
perversa, nos llevaría a pensar que una organización de izquierdas se encuentra
en mejor disposición de ganar unas elecciones cuanto peor le vaya a la sociedad
en su conjunto.
jueves, 16 de junio de 2016
MI MAYOR VICTORIA
La imagino sentada en su sillón relamiéndose
mientras escucha el informativo. Ella, Margaret Thatcher, contempla cómo se culmina
su obra. Ella, la hierática Dama de Hierro, se permite una medio sonrisa
cómplice consigo misma, ahora es consciente de que ha ganado. No hace mucho que
recibió una aparente mala noticia: John Major, su legítimo hijo político, había
sido derrotado en las elecciones por el laborista Tony Blair. Pasado un tiempo
pudo comprobar que, más allá de las proclamas, más allá de las medidas, su
gobierno había sido de calado. Buena parte de las políticas más salvajes de
privatización y recortes, las que quizá ni ella misma se hubiera atrevido a
realizar, se fueron llevando a cabo con mucha menos resistencia social de la
que tuvo que vencer en 1984. Ahora, tres lustros después, Tony Blair seguía sus
pasos haciendo creer que representaba lo contrario. ¿Qué mejor triunfo? Sus rivales ejecutaban su política. Del viejo
laborismo no quedaban ni los restos. La señora Thatcher dejó dicho, para los
que le quisieran oír, que ese jovenzuelo era el síntoma de su mayor victoria.
Al fin y al cabo, esa tercera vía solo era una vía muerta, un recoveco
dialéctico para llegar a ninguna parte.
Al fin y al cabo, los laboristas,
bajo ese paraguas de que son los míos los que gobiernan, fueron dejando hacer;
bajo la amenaza de que fueran los otros los que se impusieran en posteriores
comicios, asumieron la impostura como mal menor.
jueves, 9 de junio de 2016
EXPECTATIVAS PARA LA MASA
Si ya de por sí es difícil adecuar la línea de nuestras expectativas al campo de lo posible, no digamos si ese listón nos la trazan desde fuera. La posterior frustración, es estos casos, podemos darla por descontada. Esta generación externa de expectativas se ha convertido en imprescindible para el desarrollo comercial y el sostenimiento ideológico que rige nuestras sociedades. Los distintos poderes económicos no tienen empacho en repetir a través de sus múltiples cauces eso de que ‘cualquiera puede ser o lograr lo que quiera, no existe límite alguno que lo impida’. Para ello siempre se refuerza la imagen del triunfador -aquel que, a pesar de todas las dificultades, alcanza cualquier cima- con una doble intención: mostrarnos que cualquiera lo puede conseguir y grabarnos que vivimos en un mundo perfecto en el que no existe discriminación colectiva alguna. Si Amancio Ortega es hipermillonario y tú no, parece natural que sea por tu pereza o torpeza; si Barack Obama logró ser presidente de los EEUU y Hillary Clinton puede serlo ¿cómo se puede hablar de discriminación por razón de raza o sexo? Lo primero nos culpabiliza, lo segundo nos amansa.
domingo, 5 de junio de 2016
VENTA O DEJACIÓN
Si algo permite al capitalismo vencer sus crisis, sobrevivir cuando parece herido de muerte, reinventarse y mostrar un nuevo rostro refulgente, es la facilidad con que sus diversos relatos cuajan, la sencillez con la que sus mitos se incorporan al imaginario colectivo. Naturalmente, existe también una estructura que sustenta estos relatos, que los transmite y los presenta como si fuesen la palabra revelada. Mas la base en que se cimenta la resistencia de este modelo económico es la fuerza intrínseca de sus sencillos mensajes. Una sencillez y una potencia que logra al no interpelar a ningún valor de carácter ético, más bien al contrario:el capitalismo apela a las debilidades del ser humano, de cada ser humano tomado de forma individual. Sin envidia, sin avaricia, sin egoísmo, el sistema caería. Su discurso dominante se desliza, por tanto, sin fricción. Cualquier alternativa, sea esta luego la que sea o muestre la cara que muestre, requiere un discurso ético y una explicación global, lo que convierte a su narrativa en un tocho farragoso y, por tanto, mucho más inaccesible.
jueves, 2 de junio de 2016
PAZ Y ORDEN
Pues resulta que el tal Albert, ese del partido naranja, en vez de seguir siendo él, ha devenido en su primo. Vamos, que Albert parece el Primo de Rivera. Las dictaduras, dijo, tienen cierta paz y orden. ¿Quién lo va a negar? Todo tiene “cierta” de todo, Jack el Destripador, por ejemplo, a buen seguro que tenía cierta compasión. El problema de las dictaduras no es lo que tienen, es lo que les falta. Hace unos años, un amigo me contó una conversación que tuvo con su padre. Este sostenía algo parecido al argumento de Albert Rivera. Su hijo le respondió con otra pregunta: “Papá ¿estás seguro de que tú estarías más tranquilo con esa paz y ese orden si tu hijo estuviera en aquellas cárceles? El padre calló.
lunes, 30 de mayo de 2016
RADIO Y PESADILLA
En apenas dos versos, «el tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos», Pablo Milanés comprime las sensaciones de quienes empiezan a darse cuenta de que en el viaje de la vida no hay marcha atrás ni billete de vuelta. El tiempo corre y con su pasar el mundo va haciendo camino en espiral. Pero hay algo inmutable: tome el mundo la ruta que tome, nosotros, cada uno, vamos poniéndonos viejos y mirando el pasado para huir, comparar o añorar. Dos relojes, el del mundo y el particular, que no siempre llevan la hora acompasada. Hace unos años, sea el caso,un par de señoras muy enseñoradas nos increpó a un amigo y a mí a la salida de una manifestación. Una de las mujeres tras lanzarnos una sarta de vituperios que para ella debían de ser ofensivos, remató la diatriba con aquello de que «con Franco se vivía mejor».. Mi amigo empezó a acalorarse con ánimo de responder, yo pensé que no merecía la pena. Sonreí y le di la razón: «Claro que sí, señora; seguro que entonces usted caminaba con más garbo, podía comer de todo y no le dolía nada. No dudo que entonces viviese mejor». Sin embargo, a veces, ese transcurrir del tiempo nos gasta una broma y se empeña en arrancarnos un arrebato de nostalgia. Ayer, sentado en la misma silla en que lo hago cada domingo que el Pucela juega fuera de Zorrilla, presto para ver el partido, la tele no terminaba de tomar la dirección de Elche.
jueves, 26 de mayo de 2016
CUESTIÓN DE ESTADO
Hace poco más de una semana, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid concluyó la labor de búsqueda de fosas comunes en el cementerio del Carmen en las que se hallan cientos de cadáveres de personas represaliadas por la dictadura franquista. No solo de las que murieron durante el tiempo que duró la guerra, sino de las asesinadas después, cuando el régimen ya se había establecido. Unas fueron fusiladas tras juicios indignos de tal nombre cuyas sentencias aún no se han revisado; otras, simplemente, sin trámite. Estas últimas personas, varios cientos, fueron arrojadas como escombros en algún agujero y allí, sin nombre, siguen sepultadas por la tierra y la historia.
miércoles, 25 de mayo de 2016
LO NORMAL ES ESTO
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El Roto |
Aunque haya sobrepasado con creces los trescientos artículos, que son eco de más de tres centenares de partidos del Real Valladolid, sigo poniéndome nervioso cuando veo el hueco vacío. Me levanto, converso, voy, un café, vengo, un cigarro...y así una y otra vez para desesperación de esta buena gente de la redacción. En uno de estos 'ires y venires', hace unos años cayó en mis manos la portada de ‘El Norte’ del día después. No recuerdo el tenor literal, pero venía a decir que el presupuesto del ayuntamiento de la ciudad para el año siguiente sería de unos sesenta millones de euros menos de lo normal. Hablando de ello en un corrillo, se me ocurrió comentar que desde mi perspectiva la lectura que mostraba el titular era errónea, que si bien era cierto el hecho -la reducción presupuestaria- no lo era tanto la introducción del término ‘normal’. Argumentaba que los años de la burbuja nos habían trastocado de tal manera las miradas que habíamos convertido en cotidiano lo que no era más que una situación tan excepcional como nefasta. En realidad, decía, el presupuesto ‘normal’ es el de ahora; el de los años precedentes venía artificialmente hinchado por fondos europeos que tocaron su fin y por el dinero recaudado de asuntos relacionados con aquel hipertrofiado sector de la construcción. Aquella década fue la excepción que generalizó la creencia de que se había convertido en regla. Era la época de «qué bonito han dejado el centro» que sirvió para que todos los alcaldes pudieran gozar de reelección tras reelección. Con dinero en las arcas es difícil -como se demostró- perder en las urnas. El tiempo les pondrá en su sitio. De repente llegó la realidad y nos atropelló.
domingo, 22 de mayo de 2016
¡QUÉ LARGO SE HACE!
A mí me sonó raro. El gobierno de la Junta aprueba un decreto ley que modifica el Reglamento de espectáculos taurinos suprimiendo la excepción del Toro de la Vega a la prohibición de matar en público animales en espectáculos taurinos. Pero ‘eh’ dice el consejero de Presidencia, la decisión se toma para lograr mantener la tradición. Raro suena, ya digo. Se prohíbe algo para mantenerlo. Puede que De Santiago-Juárez tenga razón y el tiempo se la dé, como defendía Carlos Blanco el pasado viernes en estas páginas, pero yo no consigo cuadrar el círculo: si el Toro de la Vega es un torneo que consiste en que un grupo de humanos desatados alanceen un toro hasta darle muerte y en el que gana el que lo mata (o el toro, si consigue sobrepasar no sé qué límites), evitar la muerte a priori es, entiendo, suprimir el torneo. Vale, en Tordesillas podrán soltar un toro cuando llegue la fecha, podrán llamarlo de la misma manera, pero será otra cosa. El discurso del consejero suena raro por su inconsistencia, porque no existe argumento que pueda sostener a la vez algo y su contrario. Esta decisión es una de esas -cada vez más frecuentes- que pretenden, giros retóricos de ‘bienqueda’ mediante, hacer creer a todas las partes enfrentadas en un conflicto que han salido victoriosas. El Toro de la Vega se puede permitir o prohibir, lo demás es mala literatura. No vale con llamar a las cosas de una manera para que estas sean lo que queramos que sean. No se puede, siguiendo la terminología del filósofo de moda, Ernesto Laclau, convertir a tantas palabras en significantes vacíos: hay cosas que son, simplemente lo que son.
jueves, 19 de mayo de 2016
ISIDRO Y ESTELA
Para las generaciones más jóvenes puede resultar sorprendente que el
catolicismo haya elegido al mismo santo como patrón de dos mundos tan
aparentemente alejados como el de los agricultores y la ciudad de Madrid. Pero tiene su lógica,
Isidro vivió en el Madrid del siglo XII y allí se dedicaba a arar manejando una
pareja de bueyes. A arar o contemplar como araban las bestias solas, porque las
crónicas cuentan como hecho milagroso que los bueyes realizasen su labor mientras
Isidro se dedicaba a rezar. Pues bien, en el día en que se celebraba su
festividad hace ya cinco años, en la madrileña plaza de Sol un grupo de
personas quiso expresar su descontento. Poco a poco la plaza se fue llenando y
dio pie a lo que se conoció como el 15-M, uno de los movimientos de los que más
se ha habla y de los que menos se conoce, porque habrán de pasar unos años para
poder comprobar si todo aquello habrá tenido alguna repercusión transformadora
o habrá sido otro movimiento espasmódico con más literatura que valor real de
cambio.
Me gustaría creer lo primero pero, según pasa el tiempo, todo aquello
parece haberse quedado en lo que Alfred Hitchcock definió como ‘MacGuffin’: un
elemento que alienta el suspense en una película, permite avanzar a los
personajes, pero que pasa por la trama como la luz a través del cristal, sin
romperla ni mancharla. Vamos, un pretexto que no modifica el sentido de la
película. domingo, 15 de mayo de 2016
LA PARCA CARA A CARA
Aún recuerdo la cara de muerta de la ‘señá’ Paca. El cura había hecho una seña y, a la orden, algún hombre del pueblo levantó la tapa del ataúd. Allí estaba ella, quieta, peinada, ajena a todo lo que pasaba a su alrededor; con el mismo gesto de relajación que todas esas otras veces que la había visto traspuesta en el sillón. Yo, que apenas levantaba un palmo del suelo, también estaba allí, viendo, por primera vez, un cadáver. Aquel hecho no era extraño, no hace tanto, se miraba a la muerte cara a cara. Se la miraba y se hablaba de ella sin remilgos, sin pudores, sin eufemismos, con la naturalidad de cualquier hecho natural. Cada vez que una persona del pueblo fallecía, mi madre, venía a mí y me decía: “Se ha muerto fulanito” y ya, sin plantearse si me iba a generar algún tipo de trauma porque, efectivamente, no hay trauma que valga cuando la relación con la vida, y la muerte es parte de la esencia misma de la vida, se afronta, desde el principio, en su totalidad. Me lo decía como me decía: “Menganita tiene un cáncer” o “A Zutanito le ha dado un ataque de corazón y está en la UVI”. Hoy la enfermedad se recluye en hospitales y la muerte, directamente, se esconde. No existe el contacto con ese corolario de la vida, como si enfermar o morirse fuera algo de mal gusto. Pero la parca está ahí, preparada para venir sin que sepamos con qué prisa. Puede llegar cuando menos te lo esperas, como no llegar por más que parezca anunciarse. Morir, al fin, es tan fácil como difícil. Y bueno es saberlo. Un ‘bueno’ que no planteo con el sentido moral que destila la parábola del Evangelio de Mateo de las 10 doncellas, cinco necias y cinco sensatas, que salieron a esperar al esposo; no hablo de ‘preparación ante’ sino de ‘consciencia de’.
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