miércoles, 25 de agosto de 2010

DE SOCIOS A CLIENTES

Hace algunos años, viniendo de Madrid,  coincidí en un tren con una mujer algo mayor que yo. Ella llevaba buen tute, venía de Huelva, y tras tantas horas de viaje tenía ganas de hablar. Yo –para variar- no tenía menos, así que nos dispusimos a darle a la sinhueso. Me contó que viajaba a Bilbao para celebrar, con un concierto, el ‘nosecuantos’ aniversario de la banda en la que, cuando era más joven, tocaba. Saltó el chip de mi curiosidad, por generación tenía que ser una de esas bandas de principios de los ochenta, y le pregunté cuál. Con su respuesta llegó mi sorpresa (los que ronden mi edad lo entenderán, los más jóvenes que busquen por internet). Compartía vagón con una componente de Las Vulpes. De aquella conversación me quedó grabada una frase: Entonces había censura pero éramos osados porque sabíamos que estábamos derribando el muro, íbamos a ganar;  hoy, aparentemente, no la hay pero los intereses comerciales imponen la peor censura de todas las especies: la que uno ejerce sobre sí mismo, hemos perdido sin librar, siquiera, batalla.