De momento, al menos de momento, los miedos que despierta el nuevo
‘Master del Universo’ son excesivos. Al fin y a la postre, los poderes de los
presidentes de los USA vienen limitados por un sistema que constriñe y una
estructura que impone. Trump no será una excepción a esta norma. El sistema
sirve como cortafuegos para cualquiera que pretenda salirse por la tangente,
permite al primer mandatario tomar decisiones siempre y cuando no sobrepasen
las líneas prefijadas. La estructura mediática y económica, valga la
redundancia, pendiente de unas cuentas de resultados que no está dispuesta a
dejar al albur de las ocurrencias del presidente, aprieta o afloja en función
de sus conveniencias.