En los tiempos actuales, los de la pandemia, se están acelerando procesos que ya se apuntaban, recortando la duración de las boqueadas. Pero también nos están recordando que, a veces, caminamos en círculo, que nada nuevo hay bajo el sol, que lo que se dio por pasado puede emerger abruptamente en el presente. El domingo se congregaron al lado de la catedral pucelana un puñado de nostálgicos del régimen anterior. Con su pan se lo coman, si no fuera por un detalle. Casualmente, en ese mismo punto se encuentra ‘El largo adiós’, el cafetín en que cuarenta años atrás un trío de ultraderechistas, con la misma parafernalia, con el ¡arriba España! como colofón para atribuirse los hechos en llamada a El Norte de Castilla, tirotearon a la clientela e hirieron de gravedad -el azar evitó una tragedia de mayor dimensión- a Jorge Simón Escribano.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
martes, 9 de marzo de 2021
VIAJE AL MISMO SITIO
Gastaban alpargata en un presente que ya les era
extemporáneo. En la España de la posguerra, el cine iba dejando sin trabajo a
los cómicos ambulantes y estos, a fuerza de hambre, asumieron que en la
realidad no había espacio para ellos. El último capítulo de esta historia se
relata en la novela y película de Fernando Fernán Gómez ‘El viaje a ninguna
parte’. Julia Iniesta (encarnada por María Luisa Ponte), anciana, exhausta,
cabizbaja aunque sin perder el orgullo, para comunicar su decisión de abandonar
la compañía, emite un diagnóstico preciso: “Este teatro nuestro, de los
caminos, está dando las boqueadas”.
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