jueves, 16 de octubre de 2014

Y HASTA AQUÍ PUEDO LEER

Anda Mayra Gómez Kemp presentando el libro de sus memorias al que ha intitulado con aquella frase que ella misma hiciera célebre en los años ochenta del siglo pasado (¡cómo suena eso del siglo pasado!) cuando era la presentadora del televisivo Un, dos, tres: ‘Y hasta aquí puedo leer’. Un hasta aquí que marca un límite, esa línea que dificulta el paso hacia el otro lado, una barrera que, cuando hay que enfrentarse a ella, muestra una perfecta fotografía de los merodeadores. Uno de esos ‘hasta aquí’ se encuadra en el terreno de las relaciones personales, son esos agradecimientos debidos que impiden a quien corresponde tomar las decisiones precisas, ya que obligarían al susodicho a prescindir de las personas que más han contribuido a la propia carrera. Llegados a este punto existen, al menos, dos salidas dignas: tomar las decisiones pertinentes relegando a quien fuera un aliado imprescindible o quitarse uno mismo de en medio allanando el camino para que otros lo puedan hacer.