jueves, 23 de junio de 2016

CUANDO HAY A QUIEN LE VA PEOR

En una de estas salidas que le caracterizaban, Alfonso Guerra justificaba, allá por los primeros noventa, la pérdida de votos de su partido como una muestra de su éxito. Más o menos, que lo habían hecho tan bien que hasta los pobres, ya con su casa y su coche, se sentían ricos y que, como si fueran perros de Pavlov, el sonido de ‘su’ timbre o de ‘su’ claxon les estimulaba no sé qué glándulas que les hacía salivar hacia la derecha. Vamos, que según el insigne ‘descamisao’ nadie propugna un modelo económico redistributivo salvo que se beneficie de dicha redistribución. Una segunda lectura, aún más perversa, nos llevaría a pensar que una organización de izquierdas se encuentra en mejor disposición de ganar unas elecciones cuanto peor le vaya a la sociedad en su conjunto.