viernes, 25 de mayo de 2012

PARTIDO MARCA ACME

El Coyote no ceja en su persecución porque sabe que la derrota es segura si se sienta a un lado del camino. Siempre trata de ir un paso por delante de su rival ya que es la única manera de vencer en ese combate, de esta forma sube a lo alto de un barranco porque sabe que Correcaminos pasará bajo sus pies y ahí encaramado podrá lanzar una gran bola de piedra con fines asesinos, o baja al fondo de una poza para colocar toneladas de explosivos que detonarán en el preciso instante en que su gallináceo enemigo pise en el punto previsto mientras él, el astuto cánido, se esconde tras un árbol. Los planes siempre son ingeniosos y aparentemente infalibles pero el rival nunca termina en sus redes. Así un capítulo y otro y otro, sin conseguirlo pero sin desesperar, con la certeza de que la próxima será la buena.
Así, como el Coyote, juega el Real Valladolid, un equipo que se va enfrentando a oponentes coyunturales mientras compite contra un rival al que, aun rozándole, no termina de apresar. Y pese a que las oportunidades se van agotando, insiste cada día en el intento. A veces Djukic, la cabeza del Coyote, se esconde tras un micrófono y enciende la mecha de un artefacto verbal que habría de explotar en Vigo. Las más, el cuerpo completo del perseguidor se encomienda a la lucha en campo abierto ejecutando lo que mejor sabe para no perder de vista al ave cuya aviesa intención es poner pies en polvorosa.