jueves, 29 de diciembre de 2016

TERCERA OLA O BELA LUGOSI

Alguna vez he llegado a pensar que Pablo Iglesias ansiaba convertirse en un émulo de Ron Jones, aquel profesor californiano que puso en práctica en el instituto en el que trabajaba un experimento sociológico con sus alumnos al que denominó ‘La tercera ola’. Este experimento se convirtió en novela gracias a Morton Rhue y de esas páginas saltó a las pantallas de la mano de Dennis Gansel. El profesor Jones pretendió demostrar que cualquier sociedad, por libre que se crea, nunca está del todo vacunada frente a los totalitarismos. Jones tuvo que frenar el experimento cuando comprobó que la cosa se le iba de las manos. Alguna vez, ya digo, imaginaba que cualquier día Pablo Iglesias habría de tomar el micrófono para hacernos saber que la ola Podemos era parte de un ensayo, que intentaba conocer el reflujo que producía el verbo ganar, que la experiencia había sobrepasado sus expectativas y que, por tanto, había llegado la hora de revelar la verdad para dar por concluido el juego.

jueves, 22 de diciembre de 2016

SE ADMITEN APUESTAS

Cuando todavía hablábamos en pesetas se decía aquello de “si debes un millón a un banco tienes un problema; si le debes mil millones, el problema es del banco”. En realidad, aunque la utilizase como señuelo, el aforismo no se refería estrictamente a la banca. Venía a decir, sin más, que quien tiene cogida la sartén por el mango no se quemará ni recibirá un hipotético sartenazo. La única sentencia referida a la banca que pertenece a la categoría de axioma afirma que esta, se le deba uno o mil millones, siempre gana o, al menos, nunca pierde. Semejante logro se debe a que la banca es una maquinaria que opera con una materia prima que ni siquiera es suya: el dinero.

domingo, 18 de diciembre de 2016

RELATO INCONSISTENTE

Si ya de por sí es difícil desgranar qué es verdad y qué es mentira sobre lo que oímos en los relatos que cuentan lo que ocurre en nuestras inmediaciones, resulta misión imposible separar el grano de la paja en las espigas que brotan en territorios ajenos, lejanos y desconocidos. Más aún si el terreno en que germinan no es un campo fértil, sino el suelo pedregoso de una guerra. En estos casos, el desconocimiento real de la verdadera naturaleza de lo que ocurre, en vez de disminuir, puede aumentar conforme aumenta el caudal informativo. Es así en los aconteceres que por desgracia se han vuelto cotidianos en el territorio sirio.

jueves, 15 de diciembre de 2016

¡AY DE AQUELLAS PREVISIONES!

Allá por aquellos años del ‘España va bien’ se construyeron una serie de autopistas de aquellas de “haga falta o no pero que en casa no falte de nada”. Se hicieron unos planos más o menos bien y unos estudios de previsiones menos o más mal. Los planos sirvieron para la ejecución de unas obras que se culminaron y ahí están, muertas de risa, pero estar, lo que es estar, están. Y así están, con esa cara de emoticono simpaticón, porque los folios en los que se apuntaron las previsiones, en vez de con tinta seria, fueron escritos con humo de prestidigitador. Aquellos pobres papeles empachados de números y más números, de coches y más coches que habrían de surcar el territorio alimentando un negocio redondo, valían lo que puede valer el papel higiénico.
La realidad, al poco, vino a mostrar que en esto de los negocios, cuando interesa, “toda la cuenta es sueño y los sueños, sueños son”. La cosa no salió, claro, ¿quién lo iba a pensar?, los desalmados conductores prefirieron circular por una autovía gratuita que aflojar pasta en la autopista paralela.

martes, 13 de diciembre de 2016

CANASTA DE CONCEIÇÃO

Quizá fuese el silencio más estruendoso de la historia del deporte. El uruguayo Ghiggia, cuando comprobó que Barbosa, el portero brasileño, en su intento de cerrar la línea de pase, había dejado al descubierto un espacio entre él y el primer palo, golpeó virulentamente el balón que terminaría alojándose en la red. Maracaná, 200.000 personas, que eran todo Brasil, festejando lo que a buen seguro habría de ser, súbitamente calló.
Esa máquina brasileña de hacer fútbol hubiera tenido suficiente con un simple empate: aquel partido no era propiamente una final del mundial, sino el último encuentro de una liguilla de cuatro, un simple formalismo previo a la recepción de la copa de campeón. No es que lo esperado fuese la victoria, es que el público asistió para celebrar el avasallamiento a los uruguayos. Obdulio Varela, el ‘Negro Jefe’ de la celeste, así lo reconocía: “…si ese partido lo jugábamos otras 99 veces las perdíamos, pero ese día nos tocó el cien”.

lunes, 12 de diciembre de 2016

BIEN, MAL Y VICEVERSA


Cuando alguien me pregunta, y no crean, de vez en cuando algún insensato se atreve, cómo se puede hacer determinada cosa, sonrío en primera instancia y respondo que hay dos maneras: bien y mal. Y remato: procura hacerlo bien. Eso sí, después de la gracieta me desdigo y el interpelador y este menda nos aventuramos en busca de la solución que dé respuesta a ese ‘cómo’. Me desdigo porque en realidad suele haber varias formas diferentes de abordar cualquier problema. Algunas lo resuelven; otras no y muchas, pues depende. Salvo los problemas estrictamente técnicos, que sí se suelen regir por un manual de instrucciones concretas que dejan claro que ‘así sí’ y ‘así no’, el resto quedan al albur de las circunstancias, las opiniones o las expectativas de cada cual. Incluso sin ser relativista, que tal no me considero, es obvio que, al margen de esas grandes declaraciones tan pomposas como vacías, no todo lo que unos catalogan como bien (o mal) merece el mismo juicio para otros. De hecho, esta inexorable disparidad de criterios es la que genera el conflicto social y, precisamente por ello, se convierte en la base de la actividad política. El Gobierno, pongamos por caso, ante unos datos que certificasen la reducción de las cifras del paro podría decir que en materia laboral está haciendo las cosas bien. El que coteje la situación de este momento confrontándola con la de hace una decena de años podrá afirmar, de la misma manera, que la merma de derechos e ingresos de los trabajadores muestra que el Gobierno lo está haciendo mal. Y hablo solo de ‘bien o mal’, no de ‘bueno o malo’que este último par depende siempre de ‘para quién’, y es harina de otro costal.

jueves, 8 de diciembre de 2016

QUE NO ES "PINÍCULA" SINO "FLIN"

Las gentes que editan el diccionario Oxford han otorgado al término ‘posverdad’ (post-truth en el original)  un galardón que la reconoce como ‘la palabra internacional de 2016’. Es algo así de curioso, el premio a la novedad semántica ha recaído en un concepto que ya viene de antiguo. Quizá, y he ahí el mérito del invento, la razón del premio a este nuevo vocablo se deba a su capacidad para sintetizar lo que antes exigía un circunloquio; pero ya digo, nada nuevo bajo la capa del cielo.  
Posverdad no define otra cosa que “esas situaciones en las que los hechos y las razones influyen menos en la opinión pública que las emociones o las creencias personales”. Unas situaciones que son casi todas las situaciones. Que vaya alguien, si se atreve, a intentar argumentar ante mi madre que la Virgen de los Dolores solo es una imagen de madera policromada, verá. O sea, que “toa la vida diciendo pinícula y ahora resulta que se dice flin”. 

lunes, 5 de diciembre de 2016

HACERLO COMO SABEMOS

Un simple racimo de uvas podía costar una perdigonada en el culo, que así se las gastaban por estos lares contra quienes osaban acercarse a una vid ajena para saciar el terco apetito. «El miedo guarda la viña» se excusaba el escopetero cuando se le cuestionaba la desproporción entre una pequeña acción y su reacción desmedida, entre pretender un insignificante hurto y terminar la tarde igual de hambriento pero con las posaderas sangrando. De esta manera, el perdigón no se dirigía tan solo contra el asaltante; se convertía en un mensaje lanzado a toda la población. Era, en el lenguaje geopolítico de este siglo, una guerra preventiva que convertía las nalgas del ladronzuelo en simples daños colaterales. El objeto de aquel pequeño proyectil consistía en dibujar un miedo genérico para convertirle en celoso guardián de las fincas. Así las cosas, la trayectoria de este miedo siempre caminaba de arriba hacia abajo: nunca guardó la viña el temor del dueño, que ninguno tenía, sino el que se pretende infundir en los potenciales raterillos. Se trataba, pues, del miedo generado por los ricos para trazar la línea, para ahuyentar a los pobres.

jueves, 1 de diciembre de 2016

INCORRECCIONES POLÍTICAS

Hay expresiones que, sin saber por qué, de repente, hacen fortuna y pasan de apenas ser utilizadas a aparecer en cualquier conversación. Algunas de ellas, además, se revisten de un halo de prestigio de forma tal que sirve a quienes las utilizan para alabarse a sí mismo. La penúltima de estas coletillas consiste en jalonar cualquier barbaridad que se ha dicho apelando a que “soy políticamente incorrecto”. Con eso, al parecer, el autor de la ocurrencia se pretende cubrir con un marchamo de prestigio frente al resto que, también al parecer, se limita a repetir consignas escuchadas por ahí.