domingo, 29 de marzo de 2009

KANUTÉ O LAS LEYES DE LA PALANCA

Cuando se escribe la historia suelen marcarse en rojo las fechas en las que ocurren los acontecimientos más relevantes, a la vez que se esconden en renglones secundarios los hechos verdaderamente trascendentes que dan lugar a ellos. El Sevilla presume de los títulos conseguidos durante el último trienio, alardea de currículo y tiñe de oro las fechas en las que sus estanterías se adornaron con trofeos de prestigio, pero el día clave en el despegue de los de Nervión sólo lo podremos encontrar en oscuras hemerotecas: aquella mañana en que Kanoute selló el contrato que le unía a este club. Debería ser fiesta en el calendario sevillista. Ayer, como tantas veces, ha ganado el partido solito. En las escuelas de delanteros tendrían que rayar los soportes en los que se guardan sus partidos, su juego es un compendio de todas las virtudes éticas, técnicas y tácticas con que se forja un atacante. Valdrían los tres goles con los que ha asaeteado al valladolid para elaborar el material para un curso: tres goles con cuatro toques al balón. Los precisos para hundir a un equipo que durante media hora se creyó capaz de tumbar a los sevillistas. Hasta que el malí hundió el puñal al filo del descanso. Y ahí terminó la batalla.

lunes, 16 de marzo de 2009

EL VALLADOLID SÍ TIENE "GETA" Y FE



Paradojas de la vida. Primer partido, tras el perro invierno, que acaba de día y primer partido en el que casi me duermo. Cuando sólo un equipo quiere jugar es imposible que el espectáculo alimente los ojos y los del sur de Madrid se acercaron a Zorrilla a evitar el fútbol. Sorprende a quien no les ha visto que un equipo con esa nómina se vea tan apurado, pero el corsé al que les somete su entrenador no se adapta a la morfología de la plantilla. Gavilán, Albín, Granero y compañía deambulan como almas en pena por el verde que debería ser de la esperanza y empieza a ser de la congoja. En unos meses han pasado de soñar en conseguir un título europeo a temer la vuelta a la caverna, de ser una llama de ilusión a un equipo raquítico que no hace honor a su nombre: juegan con poca jeta y ninguna fe.
Frente a tan poco, el Valladolid ha obtenido los tres puntos. Parece sencillo pero no solía ser así y es la mejor noticia. El cuadro pucelano acostumbraba a perder -a lo sumo empatar- estos partidos enrevesados. No sabían ganar cuando no podían desplegar su juego combinativo, sólo vencían si jugaban mucho mejor que el rival. Ganar así deja un buen regusto: el de saber que, cuando el buen fútbol no llega, el oficio rinde cuentas en el saldo.

lunes, 9 de marzo de 2009

LA DENOMINACIÓN DE ORIGEN DEL PORTERO

En estos tiempos en los que impera la interconexión planetaria, las fronteras se han ahuecado, los capitales fluyen sin control y las mercancías vienen y van, hemos visto proliferar las marcas de origen para certificar la procedencia de los productos y avalar un plus de calidad sobre otros similares. Se resalta el origen pero se olvida que la distinción no depende sólo de este factor, sino del acervo de conocimientos acumulados por generaciones de productores. Un buen producto es hijo de décadas de buen hacer pero en poco tiempo se puede arruinar lo que tanto había costado crear. Años atrás, un portero con la marca de la Real Sociedad garantizaba seguridad, el equipo que se hacía con los servicos de un cancerbero de la escuela donostiarra aseguraba su portería. La factoría guipuzcoana forjaba porteros y no tenía empacho en exportarlos: en la recámara aparecía uno mejor. Cuando el Betis fichó a Esnaola, Urruti se asentó como titular. Cuando éste emigró a Barcelona para jugar en el Espanyol y en el Barça, la salvaguarda de la portería realista se le encomendó a un joven llamado Luis María, Arconada para la historia.

lunes, 2 de marzo de 2009

UN BUEN TRIUNFO Y UNA REFLEXIÓN
















Cuando más falta hacía, quizá cuando menos lo esperábamos, volvemos a entornar esa muesca de sonrisa hija del miedo reciente. Tras una temporada con pocos sobresaltos, sólo aquellos derivados de los cortocircuitos que se produjeron en los partidos que pudieron haber significado un paso al frente hacia mayores expectativas, en los estómagos de los aficionados aleteaban los murciélagos de la zozobra. Los equipos de abajo han despertado de su letargo y vienen arreando sin remisión. La tardía hora fijada para el inicio del encuentro ha aumentado el desasosiego de los aficionados y ha podido servir como espuela para el equipo. Cuando el partido arrancó, los jugadores ya veían los puestos de descenso sin necesidad de prismáticos. Aquellos dubitativos Mallorca, Recreativo y Osasuna mordían y habían arrancado un buen botín que exigía aún más a los blanquivioletas. Como siempre cuando la nobleza obliga extrajeron del baúl la mejor versión de sí mismos y así despejaron las brumas que aturdían a la afición devolviendo la mesura al sinfín de profetas del apocalipsis que pueblan nuestras calles.
Enfrente se encontraba un equipo que da la sensación de estar más pendiente de sobrevivir que del motivo de su razón de ser. Las noticias que informan sobre el Valencia atañen cada vez menos a la faceta deportiva ya que se centran en su crítica situación financiera. Lleva años padeciendo una enfermedad autoinmune -ha sido atacado por la parte de su propio organismo que debía defenderle- y los síntomas empiezan a aflorar. El nombre del club atrae recuerdos de tiempos mejores pero su futuro, al no haber sido tratado a tiempo, empieza a peligrar. Con esta derrota cierra su semana más negra, una semana que ha oscurecido al fútbol español y que nos conduce a una reflexión: lejos quedan los años en que equipos como el Alavés o el Espanyol disputaban finales continentales, hemos presumido de liga de las estrellas y nuestro fútbol se está estrellando cuando cruza los Pirineos. Ya no somos los más guapos, se ha vivido por encima de las posibilidades y la crisis descabalará, en parte, el orden establecido. Comienza un tiempo de reubicación, la liga será peor pero los clubes que mejor comprendan y se adapten a la dinámica que se avecina obtendrán un protagonismo hasta ahora insospechado. Hago la reflexión pensando en un Real Valladolid cuya política de austeridad le ha mantenido a flote y en unas condiciones óptimas para encarar los años venideros. Otros, no sólo el Valencia, embargaron su futuro pensando que las vacas nunca adelgazarían. Hoy están raquíticas.
Del partido en sí mismo quiero destacar la sobresaliente actuación de Justo Villar quien aporta más cuanto más lejos juega de Zorrilla; el portero fue tan decisivo en Mestalla como ya lo había sido en el Manzanares y muestra que, sin la presión de los impacientes, los silbidos de los inconscientes y el desdén de algunos informadores, hay vida más allá de Asenjo.