El
partido que gobierna España -los matices que la globalización y el imperio le
permiten- se define, ufano, heredero de la tradición cristiana, pero parece
olvidar que la ruptura que sufrió el judaísmo con el mensaje de Jesús de
Nazareth fue el perdón, el rechazo frontal de la ley del talión, del ojo por
ojo y diente por diente. El marco penal en el que se inscribe España tiene como
basa, fuste y capitel una vocación reinsertadora, una aspiración que sustituye a la venganza
revanchista por el castigo con un empeño, quién comete un delito puede
incorporarse a la convivencia pacífica. Nuestros ministros reniegan de su
sustrato ideológico y sus palabras son gotas de agua al albur del sol; caen y
desaparecen. Gil de Ostoaga purgó 13 años de su vida en la cárcel. Consciente
del sinsentido del uso de la violencia como herramienta política y asistido por
la ley, intachablemente aplicada por la juez Ruth Alonso, obtiene el tercer
grado penitenciario. Podría haber sido un ciudadano anónimo cuyos cotidianos
paseos reprobasen la barbarie. El gobierno, con la dureza frágil del
cristal, con la estupidez del altanero,
acusa a la juez (amenazada por ETA) de cómplice. Sería recomendable comprender
el mensaje de la película “Yoyes”. Gil de Ostoaga ya no es una cuña contra la
violencia, desde ahora es un mártir.
Blog sin más pretensión que la de poner un poco de orden en mi cabeza. Irán apareciendo los artículos que vaya publicando en diversos medios de comunicación y algunas reflexiones tomadas a vuelapluma. Aprovecharé para recopilar artículos publicados tiempo atrás.
lunes, 25 de noviembre de 2002
lunes, 11 de noviembre de 2002
QUIERO VOTAR EN USA
Nos ha empapado tanto la lluvia fina
del american way of live que no tenemos recato en consideramos miembros
del imperio hasta el punto de que si alguien se declara republicano le
asociamos más a Bush que a Azaña. Y si no, da igual. Las decisiones del
presidente o de las cámaras de representantes de los USA nos afectan de tal
manera que nadie, por activa o pasiva, como sufridor o beneficiario de sus
políticas, resulta indemne. Los planteamientos sociales impresos en las ideologías
que bregaron en los antiguos estados-nación han muerto a manos de la economía
globalizadora y tras el entierro los deudos lloramos la ausencia de democracia,
en ninguna de las grandes decisiones tenemos nada que decir. Puede que mañana
el son de los tambores de guerra se convierta en el número uno de los cuarenta
principales, que millones de africanos se pudran con su sida o su hambre, que
los embriones hibernen sin que nadie investigue su poder balsámico para
enfermos de esclerosis o alzheimer...eso será decisión de ellos. Nuestra única
esperanza está en sus manos, en sus votos. Globalicemos asumiendo la realidad:
votemos todos en USA.
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