miércoles, 16 de enero de 2013

UNA CINTA LANZADA AL AIRE



A principios de los años setenta, gimnasia y rítmica eran en España dos palabras que nadie entendía que pudieran ir unidas, nadie excepto Félix Fernández, el Presidente de la Federación Española de Gimnasia, empeñado en introducir esa disciplina en nuestro país y, para ello, nada mejor que empezar apuntando alto: quería que España albergase el mundial de 1975. Pero esa aspiración no podría ser cumplida si no había una base, por pequeña que fuese, y decidió que una representación debería acudir al mundial previo, el que habría de celebrarse en Rotterdam. Dado que nadie practicaba ese deporte, se hacía imprescindible una actuación urgente. Se contrataron dos entrenadoras de prestigio internacional que realizaron el primer curso nacional de entrenadoras de GRD con una selección de 50 profesoras de Educación Física y, finalmente, tras otros cursos, eligieron a tres de ellas. Una de esas tres, fue es nuestra protagonista: Teresa de Isla. Quedaron penúltimas en la ciudad holandesa pero se consiguió el objetivo a corto plazo, el mundial se celebraría en España, y otro que aún permanece superando con creces cualquier sueño de los federativos de entonces, la gimnasia rítmica se ha consolidado y sigue proporcionando éxitos al deporte español. En este segundo apartado, Tere de Isla también ha marcado un camino, su labor como formadora ha contribuido de forma decisiva para que varias generaciones de chicas conocieran los entresijos de este deporte.