jueves, 18 de abril de 2019

VIEJO LOBO DE BAR

Imagen tomada de diariosur.es

Fue Abundio, viejo leonés de la vallisoletana Victoria, el que, pensando que yo sabía, me puso al tanto en Los Robles, ese hogar que cada día nos abre Mariano en la Plaza de San Bartolomé. ¿Sabes, Joaquín, por qué no sale hoy el artículo de Alcántara? No lo sabía, claro, pero la intuición respondía, “91 años”.
Eché la vista atrás. Hacía poco menos de dos años que, en una de esas estupendas veladas de cine al aire libre en la plaza de la Solidaridad del barrio citado, se proyectó el documental ‘La mayor locura’ de Adolfo Dufour y Pablo Mínguez. En él se nos ofrece la mirada de tres personas, el locutor Ángel Marco, la fotógrafa Paca Arceo y el propio Manuel Alcántara, que caminan sobre la última etapa, ‘juegan la prórroga’, que diría el bueno de Manuel. Ayer, el árbitro le pitó el final. La vida pudo ser mejor, también pudo ser peor, el partido terminó y, como casi siempre, con resultado de empate. Un empate que deja satisfecho porque hubo juego, porque hubo partido. En el documental, el crujir de una vieja máquina de escribir hace dúo con un acordeón para crear la atmósfera sonora bajo la que este viejo lobo de bar nos recuerda que solo somos tiempo, que nuestra materia prima no es más que las horas en las que estamos vivos. Y nos deja un consejo, “la tristeza empaña las paredes del alma, hay que sacudírsela”. El mar malagueño de fondo y más de fondo Mayte Martín regalando voz y música de su disco ‘Al cantar a Manuel’: “No pensar nunca en la muerte/ y dejar irse las tardes/ mirando como atardece. / […] y no estar triste por nada/mientras el sol se arrepiente”.