domingo, 23 de mayo de 2021

UN DÍA MENOS

Será porque la hora cuadra o porque el formato les engancha, pero mis padres se plantan cada día ante la tele cuando se emite ese concurso de título ‘Pasapalabra’. Si coincido en su casa a la hora de emisión, me siento con ellos y pretendo seguir la retahíla de preguntas y respuestas. Pretendía, porque ya asumí la inoperancia de mi intento. En vez de estar pendientes de la pregunta y atentos a la respuesta, van comentando entresijos accesorios del programa. Así, no me cosco de nada. Un día, sin embargo, mi madre se ufanó al percatarse de que conocía la definición requerida y la lanzó toda orgullosa esperando que la invitada confirmase su acierto. Ella, inesperadamente para mi madre, pronunció el ‘pasapalabra’ indicativo de desconocer lo que se le solicitaba. “¿Cómo se atreve a salir en la tele alguien que ignora algo tan sencillo como para que una mujer mayor y que no pudo ir a la escuela como yo lo conozca?”. “Van porque les pagan por ir, madre, se lo sepan o no”, respondió mi hermano, pero no la convenció. “Por mucho que me pagasen, que no creo que sea por necesidad, no consentiría ir para que toda España supiera lo burra que soy”.