jueves, 14 de abril de 2016

PASCUAL DUARTE EN PANAMÁ


En los años cuarenta del siglo pasado, fueron publicadas en España una serie de novelas de que parecían tener algún denominador común: una especie de regusto por recrear los ambientes más escabrosos, por abundar en los hechos más sórdidos, por extraer a sus protagonistas de los ambientes más miserables. Este conjunto de obras, posteriormente, fue encuadrado en un género literario al que dieron el nombre de 'Tremendismo'. Quizás la novela más representativa sea 'La familia de Pascual Duarte' de Camilo José Cela.

El clima de censura absoluta en el ámbito literario no fue óbice para que estas novelas vieran la luz. Puede sorprender porque en ellas, en una primera lectura, parecían existir tintes de denuncia social. Sin embargo, profundizando en sus páginas, nos percatamos de que eran, sin más, novelas de distracción en el sentido de que hacían mirar hacia otro lado y no ver la procedencia real de la violencia que había asolado y asolaba el paisaje. La que se describía en estas tramas era aislada, individual y estaba ejecutada por perturbados y dementes que procedían de las alcantarillas de la sociedad; la violencia cotidiana era sistemática, programada y diseñada por 'las gentes de orden' en los más altos palacios. Los asesinatos de las novelas iban contra la ley, los de la calle se hacían con nocturnidad en nombre de ella. Vamos, que los tiempos que se vivían eran de una crudeza extrema, pero no por la maldad de los 'pascuales duarte' sino porque se sufrían todos los males propios de una posguerra y el día a día más cruel de una dictadura que había decidido asentarse aniquilando cualquier disidencia.